El Madrid, ante la pared amarilla y Lewandowski

A pesar del 3-0, el Madrid espera un partido duro. Quizás recuerde la historia del año pasado y los cuatro goles de Lewandowski, o puede que la heroicidad de un equipo que, como el mismo Madrid, nunca se rinde. Pero seguro, eso sí, que recuerda la pared amarilla, como se denomina al célebre fondo sur del Signal Idune Park, un formidable estallido de colores y banderas como no hay en toda Europa. En el mismo se juntan hasta 24.000 aficionados de pie para ver a su equipo en los partidos de la Bundesliga. Son tantos que tuvieron que ampliar el fondo a cien metros de anchura y una altura de 40 de arriba abajo. Es la sensación de una montaña rusa, el mismo vértigo que se siente en la última fila del Open USA (este en menor escala, claro) pues el picado es espectacular. Se dice que hay gente que paga una entrada carísima de lateral y tribuna para luego abandonarla y colarse en la pared amarilla (15 euros la entrada) porque el divertimento es inigualable.

Afortunadamente para el Madrid, el impacto del fondo será algo menor puesto que la UEFA no permite que en sus partidos haya localidades de a pie y sientan a todo el mundo, por lo que el aforo disminuye bastante (hoy será de unos 15.000 espectadores). Aún así, el espectáculo y la presión que ejercen sobre el equipo rival es tremenda.

Ancelotti, con casi todo

El Madrid se presenta con casi todo. Ancelotti ha convocado también a José Rodríguez y ha alojado a su equipo en el mismo hotel (el Radisson Blu) que la temporada pasada, cuando Lewandowski le metió cuatro goles y le empujó al precipicio por donde se fue Mourinho. Ni es supersticioso ni va a escatimar nada, aunque Ancelotti no podrá sacar al equipo de gala por la dolencia de CR. Lo más probable es que Isco salga en su lugar. Bale sí jugará. Se pensaba que el galés iba a ser reservado dado el taco clavado que se llevó de San Sebastián, pero parece que finalmente será de la partida inicial, por lo que el Madrid va a salir con casi todo el arsenal del que dispone, incluidos Modric y Di María para acompañar a Xabi Alonso, y la defensa titular, con Coentrao en el lateral zurdo.

En el Borussia tampoco habrá muchas novedades, aunque la presencia de Lewandowski tiene nerviosa a mucha gente, incluidos los centrales blancos. El polaco es una amenaza en sí mismo pero, sobre todo, lo que el Madrid teme es que su reaparición llene de esperanza al equipo y contagie a sus compañeros. Aquí, ya lo acaba de decir Netzer: «La eliminatoria pasa porque el Borussia marque un gol en los primeros minutos. Entonces, todo será posible». Es lo mismo que dijo Reus: «La remontada es posible si jugamos como la segunda parte ante el Wolfsburgo. Si jugamos como en la primera no hay nada que hacer». Por su parte, Bale mostró las intenciones blancas: «No saldremos a defendernos, sino a ganar».

Si el Madrid aguanta los primeros veinte minutos sin recibir un gol lo más probable es que esté en semifinales. El 3-0 es un colchón demasiado grande, sobre todo si tenemos en cuenta que el Madrid lleva 22 partidos consecutivos marcando fuera de casa (no ha dejado de hacerlo desde la temporada 2009-10 en Lyon, lo que le costó la eliminatoria). Un solo gol de los blancos y los alemanes tendrán que marcar cinco. Demasiado, sobre todo porque delante estará Casillas, el mejor portero del mundo...