Casillas salva al Real Madrid en el infierno alemán

El arranque del partido no fue malo por parte del Madrid. Si la premisa era estar atento a esos primeros minutos para intentar disipar la presión tanto dentro como fuera del campo, el equipo cumplió. Posesiones largas, control de la pelota y llegadas a la portería de Weidenfeller que evitaban el temido contragolpe amarillo. [ Las mejores imágenes del partido ]

Había pasado el primer cuarto de hora sin incidencias reseñables, la mejor noticia para un Madrid cómodo en el césped a pesar de la ausencia de Cristiano Ronaldo. El premio a esa constancia llegó en un centro de Coentrao que golpeó en el brazo de Piszczek y que el árbitro señaló como penalti. Di María, recambio de Ronaldo en la delantera , se escurrió en el golpeo y su disparo lo desvió Weidenfeller .

Fue un parada, pero significó más. Fue el espaldarazo necesario para que grada y equipo volvieran a creer que la remontada era posible. Un fallo clamoroso de Mkhitaryan no aplacó los ánimos. Al contrario. Y el sentimiento se acrecentó poco después cuando Reus aprovechaba una mala cesión de Pepe para batir a Casillas.

El gol sumió al Madrid en un estado catatónico del que no se levantó hasta la segunda mitad. El balón quemaba en los pies blancos, superados por la presión. Ese influjo fue más evidente en Illarramendi que en el resto. El vasco, superado por el partido, sacó a la luz sus carencias. Ni corte, ni presión, ni salida del balón. Culminó su actuación con un mal pase en el centro del campo que se convirtió en la jugada del segundo gol. El mano a mano con Lewandoswki lo desvió un acertadísimo Casillas, pero el rechace, tras tocar en el palo, acabó en las botas de Reus y se convirtió en el segundo.

El tembleque para entonces era ya evidente en toda la plantilla del Madrid. Las pesadillas recientes recorrieron el vestuario blanco en el descanso, en el que Ancelotti retiró a Illarramendi para dar entrada a Isco.

Mejoró algo el equipo en la segunda parte, en la que llegó con más claridad al área, aunque sin suerte. Bale y Benzema silenciaron el Westafallen Stadium, pero sin culminar. Sin acabar de batir a un buen Weidenfeller.

Ese dominio, al igual que había ocurrido en la primera mitad, se diluyó de repente. Si en el acto inicial había sido el penalti fallado por Benzema el origen de los males, en esta ocasión fue un tiro al palo de Mkhitaryan el que levantó al público y espoleó al Borussia.

El susto dio paso a un «pim pam pum» sobre Casillas. El guardameta se erigió en héroe y reclamó los galones perdidos en la portería del Madrid con una exhibición que salvó a su equipo del desastre. Mkhitaryan, Reus, Lewandowski ... todos se toparon con Casillas.

El tiempo corría ya a favor de los blancos y, aunque el Dortmund nunca se dio por vencido, las fuerzas comenzaron a fallarle. Bale, Benzema e Isco tuvieron opciones de cerrar la eliminatoria y evitar el sufrimiento, pero se tuvo que llegar al tiempo añadido para confirmar el pase del Real Madrid a semifinales. Un pase sufrido que dará qué pensar a Ancelotti de cara a futuras complicaciones, pero que por el momento sabe a gloria en el vestuario blanco.