Pop CAAC 2025
Noche de pulsión generacional en el Pop CAAC con julia de arco, Ralphie Choo y Judeline
La primera jornada del Pop CAAC 2025 reúne en la pradera del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo a más de 3.000 personas
Judeline: «Hay algo universal en lo que hago, aunque muy personal y generacional al mismo tiempo»
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Sevilla
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Iniciar sesiónEs una cuestión de actitud. Algo que reluce en la forma de vestir, pero también de sentir, de mirar al mundo y, por tanto, de hacer música. Es un síntoma generacional. Ha pasado siempre: lo nuevo llega como una raíz pequeña pero enervada, deseando salir ... a la superficie y catar el sol. Hay algo de ese ímpetu artístico —cíclico— en la primera jornada del Pop CAAC 2025. Una pulsión generacional que brota a la sombra de tallos más altos, pero con la idea de alcanzarlos y, por qué no, sobrepasarlos.
La cola da la vuelta al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Las puertas abren puntuales y la felicidad se contagia rápido entre las 3.000 personas que van entrando a borbotones al recinto. Hay una juventud latente bajo cada camiseta de fútbol vintage —Kaká en el Milán, Ronaldinho con Brasil, Zinedine con la Francia del 98—, bajo cada bolso diminuto, cada camiseta oversize: intentar describirles es el primer paso para reconocer que te has quedado atrás, pero se capta la idea: el público, en su mayoría, oscila entre la mayoría de edad y la temprana treintena.
La primera fila vitorea la llegada de la sevillana julia de arco, que toma posesión del set en el centro de la escena. 19 años recién cumplidos. El escenario parece un recipiente enorme a su alrededor, como si metiéramos una castaña en una caja de zapatos y, sin embargo, al instante queda demostrado que la artista sevillana es capaz de apartar todo ese vacío que la rodea y llenarlo de ritmo. Aunque no hace mucho de la salida de su primer EP ('RAAH!'), julia de arco basa la primera parte de su concierto con canciones a priori desconocidas. Salvo para las primeras filas, que le gritan un sonoro «¡ole tu coño!».
Es una cuestión de actitud: cómo pisa las tablas, cómo se desenvuelve, cómo defiende cada canción, cada beat. Hay ritmo, ella lo sabe, pero esto acaba de empezar: «La noche es joven y yo lo soy más». Llegan las canciones del EP, como 'Colorao' o 'IMPRESIONANTEE', y gran parte del público las corea con ella. Enérgica y sola sobre el escenario, a los teclados, a la guitarra o a la mesa de mezclas, julia de arco recuerda a uno de esos vídeos que les enseñan a los famosos, años más tarde, para recordarles cómo eran cuando estaban empezando, es decir: algo grande que se empezaba a rumiar sobre las tablas. Y eso es exactamente lo que ocurre con julia de arco.
Para una de las últimas canciones la artista sube a su hermana al escenario: «Después de mí comienza el concierto de verdad», dice con humildad, pero a la vez con todo el mundo con las manos en el aire, contradiciéndose por supuesto al instante. Pero esta no es la última, antes de cerrar hay hueco para que el público saque sus trapos, tal y como pidió julia de arco en sus redes sociales: «A ver esos trapos», pide al respetable, mientras algunos ondean los suyos en el aire y suena un tema inédito donde se samplean anuncios antiguos de trapos sobre una base electrónica. Pura julia de arco, digna hija del Monkey.
Ralphie Choo y la euforia
Afloran los flashes de las cámaras digitales, brillan los medallones y las prótesis en los dientes, retumban los bafles en los pulmones. Tras julia de arco, la banda de Ralphie Choo toma posesión en un semicírculo al fondo del escenario. Un vídeo de Lady Gaga en Londres en 2013 se reproduce en la pantalla, mientras se hace el silencio. La expectación se podría medir por cada una de las tres mil gargantas tragando saliva de forma nerviosa, por cada mirada atenta a cualquier movimiento sobre el escenario. Ralphie Choo irrumpe como un huracán sobre la pasarela, tocando palmas con su tema 'BULERÍAS DE UN CABALLO MALO' y el público lo recibe con euforia. Él recorre la pasarela, saca la lengua, sube y baja, da algunos saltos y hasta se agarra el paquete: las primeras filas se cotizan por codazos.
Es una cuestión de actitud: suenan 'Beso Bruma' y 'TOTAL90NOSTALGIA' y Ralphie Choo se desvive sobrelas tablas con una performance en la que a veces canta, a veces baila, a veces vuelve al escenario para tocar con la banda y, también a veces, tira del 'autotune' para llevar al directo el sonido del disco. 'TANGOS', 'WCID?' y 'GATA' preceden a una de las canciones más esperadas: 'BBY ROMEO'. Aunque también hay espacio en el show para la sorpresa, pues Ralphie Choo presenta una composición «unreleased», afirma, antes de lanzarse a por 'PIRRI' (según el propio setlist).
Es una cuestion de actitud: Ralphie posa como un crooner melancólico, con gestos calculados; se gusta y se hace gustar y eso es bueno para todos los presentes, que lo vitorean y lo acompañan con entrega en cada tema de su primer disco. Para 'SUPERNOVA', Ralphie Choo utiliza las visuales de la pantalla para entrar en directo en 'omegle', la página web de cams aleatorias, mientras toca junto al resto de la banda. La mayoría de los que conectan con Ralphie ven a un tipo haciendo autotune y pasan, salvo un par de chicas, prácticamente niñas, que aparecen en la pantalla y, aunque al principio muestran indiferencia, en cuanto ven el escenario se quedan a presenciar el final.
El público vuela con 'CULONA' y tras ella sube al escenario Judeline para cantar 'VOYCONTODO' junto a Ralphie Choo, en uno de los momentos más icónicos que nos deja la primera noche de Pop CAAC. Entre el público el baile es contagioso durante todo el concierto y casi espasmódico hacia el final, con 'VALENTINO' como el cierre perfecto para el show, mientras Ralphie Choo coge carrerilla y se lanza contra el público para darle un cierre de altura al espectáculo y terminar, por fin, con el ansia de las primeras filas por acercarse a él para tocarle.
El fenómeno Judeline
Unos gritan Judeline (¡yudelain!); otros, tal cual: hu-de-li-ne. Algunos, los menos, no se deciden: yude-line. «Es la más esperada de hoy, yo creo», dice alguien entre los presentes, a pesar de lo que acaba de vivir tras julia de arco y Ralphie Choo. Es la más esperada, podría decirse, en general: se esperaba su primer disco y ha tenido una gran acogida; tras él, se espera de ella mucho. Como poco, que siga explorando ese universo al que tan solo nos ha dejado asomarnos.
En un momento el escenario cambia por completo: a un lado, un set de percusión y teclados, al otro un columpio enorme. Sobre él se encaraman tres bailarinas mientras Judeline se balancea con suavidad para cantar 'bodhitale'. El show de Judeline oscila entre lo visual y lo musical, el teatro y la coreografía. El actor Héctor Fuertes la acompaña haciendo el papel de perro fiel, de acosador, de sombra de la violencia y el drama. Ella lo cabalga y canta sobre él, mientras éste la aproxima hacia la pasarela.
Suenan 'angelA' e 'INRI', para presentar su primer disco 'Bodhiria', le siguen 'TÁNGER' y 'ZAHARA', y el público le azuza entre tema y tema: «¡¡Eres la diosa del sur!!», se desgañita alguien, procurando usar un volumen al que puedan oírle. No se sabe si lo oyó, pero no parece querer contradecirle y, por si acaso, se atreve con todo, incluso a versionar a Antonio Carmona y su 'Para que tú no llores así'.
Los temas del disco se encadenan: las coreografías de 'mangata' arrancan algunos gritos al público, pero una de las más deseadas no se hace esperar: 'BRUJERÍA!' es la confirmación del fenómeno. El argumento más sólido para entender la conexión de Judeline, no solo con su público, sino con las nuevas generaciones, con quienes siente que habla el mismo lenguaje. En un momento del concierto se asoma desde la pasarela a las primeras filas, alguien le ofrece una palestina y ella no duda en colgársela en el hombro, ante el aplauso del público en mitad de la canción.
Tras 'Tu et moi', Judeline versiona a Shakira y su hit 'La Tortura', impregnándola de esa cadencia en la voz, un latido suave, que emociona al público y los envuelve de nostalgia. La última parte del concierto sucede rápido entre coreografías agitadas, sin ninguna pausa: 'Heavenly', 'luna roja', 'JOROPO', '4esquinitas', '4angelitos', 'CANIJO' y 'Es Dios bueno o sólo es poderoso'. Para el final, para los más pacientes, los más entregados, las joyas de la corona: 'chica de cristal' y 'zarzillos de plata', dos de las muchas condecoraciones que relucen en el pecho de esta 'niña del sur' y que alumbran a todo el Pop CAAC, sobre todo la segunda, con la aparición de Ralphie Choo (su amigo y uno de los productores de su disco) al final del tema para unirse a la artista gaditana en los coros.
En el momento más dulce de 'chica de cristal' Judeline detiene el concierto para que atiendan a una chica que se ha mareado y le lleven agua. No será el primer caso de la noche, varias personas son atendidas (sin gravedad) a lo largo del concierto. Judeline aprovecha el impás para bajar al público y cantar junto a un fan que reconoce al instante: «Ponme el 'tune'», pide la artista, que acerca el micrófono al susodicho para cantar el final de la canción. «¡Qué bonito lo haces, Joel!», le felicita la de Caños de Meca, que de camino recoge un par de dibujos de entre las primeras filas para llevárselos a casa, «ya que está aquí mi madre», afirma.
Judeline reconoce que ha estado mala, un poco ida durante el concierto, porque ha tenido problemas de garganta, pero que lo ha dado todo para que disfrute el respetable. «Creo que está siendo una noche muy bonita, está mi familia, mis amigos», dice, mientras se lanza a por el final del concierto con '2+1' y su recién estrenada 'PIKI', no sin antes espetar en el micrófono un sonoro «Viva Palestina libre».
No cabe duda, es una cuestión de actitud: no solo hay que tener esa pulsión, hay que querer zarandearla, lucirla, presumir de ella. Hay una generación de artistas que viven en el hoy, no en el ayer o el mañana, y esa es una frescura que no se puede impostar. La primera jornada del Pop CAAC deja claro que las carreras de estos tres artistas pueden parecer una moneda al aire, pero nadie les puede negar lo más evidente y es que han tenido el valor de lanzar la moneda. De momento, en la noche de ayer, a ninguno de los tres les ha tocado la cruz. Al contrario, todo les ha venido de cara.
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