El Bribón
Lo único interesante de ‘Salvar al Rey’ es la fotógrafa Queca Campillo
Imagen del documental 'Salvar al Rey'
A la vez que se suceden panegíricos de la Reina de Inglaterra, aquí tenemos ‘Salvar al Rey’ (HBO Max), que podría titularse ‘Salvar al Bribón’. No queda claro a qué rey se salva. Hay dos fases en la historia. Primero se salva a ... Don Juan Carlos, sirviéndose este del Cesid, y después, hundiendo a Don Juan Carlos, se salva la monarquía y a Don Felipe. Lo único interesante del documental (una serie de testimonios) es Queca Campillo. La fotógrafa, que ya murió, dejó grabadas sus memorias. Y su hija la reafirma. También hay partes de una entrevista, así como su propio contestador con la voz de Don Juan Carlos. Lo que todo el mundo (digamos el mundillo) sabía. Hace unos años, en la Copa del Rey de vela, Queca Campillo accedió al Bribón y publicó las fotografías en un periódico. El cabreo de los demás en el club náutico era tremendo, pero también sabían lo que había.
No es sólo Queca la que cuenta cómo empezó y cómo era la relación (íntima, hasta en una furgoneta). El que mejor lo explica es Antonio Montero, también uno de los autores de la foto de Don Juan Carlos desnudo que sólo se publicó en Italia (frente a Montero, agentes del Cesid y periodistas villarejiles, ¿qué demonios puede saber Ana Pardo de Vera?). Dice Montero que lo más importante no era la relación íntima, sino la complicidad. Queca era una vía para que Don Juan Carlos se enterara de las cosas o para transmitir mensajes. La relación con Queca era de tanto tiempo que una vez dice: «Estábamos en el cuarto y no vi el retrato de Corinne [sic] en la mesilla, así que pensé que habían roto». También hay una entrevista con Corinna que cuenta que dejaron la relación sentimental, pero siguieron (sus labores). Las intervenciones de Bárbara Rey son las de toda la vida. Las del coche, las de ‘Tómbola’... Aunque estén los audios («Te quiero mucho»). El chalet de la calle Sextante también se conoce. Lo que se publicó (algunos periodistas que intervienen se lo muestran entre sí), también. Y lo de Marta Gayá, Sabino, Conde o Manuel Prado.
Habrá quién se lleve las manos a la cabeza con las revelaciones. Pero son poquitas.