Rosa Belmonte - TVEO
Carmen Borrego, entre Marujita Díaz y Little Edie
Con sombrero, gafas de sol enormes y un pañuelo para disimular esa faja facial que a veces parece el sujeta caras de Jane Krakovski en «Ally McBeal»
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Iniciar sesiónEn 2005, el «Vogue» italiano traía en la portada a Linda Evangelista por los pasillos de un elegante hotel, vestida de negro, con gafas de sol, un abrigo de leopardo en el brazo, un aparatoso vendaje que le cubría cuello y cabeza y una enfermera ... que la llevaba de la mano. El reportaje del fotógrafo Steven Meisel mostraba dentro a otras supermodelos también convalecientes de intervenciones de cirugía plástica. O haciéndoselas. Siempre con unos impresionantes trajes o abrigos, las estuvieran pintando con rotulador o caminaran con gotero. Entonces se dijo que era una maldad hacia Sharon Stone, que se había hecho algo.
Quizá no sea lo mismo, pero hay que reconocer a Carmen Borrego que tras su operación de papada y párpados apareciera en «Las Campos» disfrazada entre Marujita Díaz y Little Edie de «Grey Gardens». Con sombrero, gafas de sol enormes y un pañuelo para disimular esa faja facial que a veces parece el sujeta caras de Jane Krakovski en «Ally McBeal», a veces un remedio para el dolor de muelas de los tebeos viejos y a veces una mortaja. Los de «Las Campos» también juegan a reírse de la muerte con la música. Pusieron la sintonía de «A dos metros bajo tierra». Y cuando el doctor De Benito contaba el mal despertar que tuvo de la anestesia dando mandobles (seis personas no podían con ella) lo que se oía era la música de «El exorcista».
El resultado, sin marujitismos, se verá en próximas entregas (las fotos de «Semana» no cuentan). En Cuatro volvía «Ven a cenar conmigo: gourmet edition» (qué nombre espantoso). Volvía Mar Segura, de «Mujeres ricas» («el arte me persigue»; pero tú siempre has sido más rápida). Esperando con impaciencia que a ella le toque ser la anfitriona. En «Cazamariposas», el programa de Divinity, mandaron a Yola Berrocal (Yola la exploradora) al Valle de los Caídos. Había que ver la pinta. Un peto diminuto y debajo un sujetador. Preguntando a la gente qué pasaba allí. Persiguiendo a un tipo parecido a Franco.
Una mamarrachada, aunque después del verano que llevamos no me parece lo peor del género «saquemos fachas». Pero mucho mejor quitar papadas.
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