En cuanto Sobera presentó a Eva y Marcelo, ella se dio cuenta de que era argentina, y ante las cámaras reconoció que « desconfío de los argentinos porque ya conocí muchos y tengo amigas que han tenido parejas...No sé». Desde que se sentaron ... se notaba que no había mucha sintonía entre los dos comensales. La andaluza se sentó a cenar con poca predisposición a enamorarse de Marcelo, y aunque el argentino intentaba mostrar su mejor faceta ella no estaba muy receptiva.
«No me ha transmitido confianza», dijo ella, «no me ha contado mucho de su vida. Aunque se ha querido mostrar bastante transparente no me ha convencido». Parecía que Eva se había sentado a cenar con una idea preconcebida y no estaba dispuesta a cambiarla. El final estaba cantado: Eva no quería nada con Marcelo y cada uno se marchó por su cuenta.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete