De 'The Office' a 'The Paper': gloria al humor absurdo y al perdedor nato

El creador de 'The Office' se lanza ahora a la decadencia del periodismo en la nueva serie que llega a SkyShowtime el 14 de noviembre

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Domhnall Gleeson, protagonista de 'The Paper' SkyShowtime

Si algo tiene Greg Daniels es un radar especial para detectar que los oficios más anodinos pueden ser oro para la comedia. Convirtió la papelería de Dunder Mifflin en 'The Office', una tragicomedia sobre el orgullo ridículo del trabajador medio y la amarga comedia de ... la rutina. Descubrió que los negocios pequeños, los que sobreviven más por terquedad que por éxito, pueden hacer reír a carcajadas. Y ahora ha encontrado un nuevo terreno para seguir explorando la dignidad (y el ridículo) del trabajo: el periodismo local. Su nueva serie, 'The Paper', que llega el 14 a SkyShowtime, cambia los archivadores por recortes de prensa, las reuniones absurdas por consejos de redacción imposibles y Scranton por Toledo, Ohio, donde un periódico moribundo intenta no desaparecer del todo.

Daniels ha dicho en más de una ocasión que le atrae la gente que se toma muy en serio algo que el resto del mundo ya no valora. Si en 'The Office' la papelería sobrevivía a base de ilusión y reuniones inútiles, en 'The Paper' lo que se apaga es el periodismo local, y la serie es, de alguna forma, su carta de amor, y su epitafio cómico, a ese oficio. La idea le rondaba desde hace años, pero fue tras ver el declive real de muchas redacciones estadounidenses cuando decidió que era el momento. «Si lo piensas bien, en la serie original vendían artículos de papelería en un mundo en el que la gente tenía iPads. Así que la oportunidad no es lo importante... Lo importante es que, en esta serie, es como si personas que se han visto un poco abatidas por una situación concreta poco inspiradora se sintieran inspiradas por alguien nuevo, y creo que el periodismo como actividad es muy importante. Y los periódicos se han visto vaciados por estas fuerzas económicas», contaba Daniels en 'The Wrap' recientemente. Donde hay crisis, hay personajes desbordados. Y donde hay personajes desbordados, hay una serie para Daniels.

La nueva serie arranca con un plano familiar: cámara en mano, zooms tímidos, empleados que fingen no mirar al objetivo. En el 'Toledo Truth Teller', un diario de provincias que sobrevive con más ilusión que recursos, todo está a punto de naufragar. Y en mitad del desastre aterriza Ned Sampson, interpretado por Domhnall Gleeson, un joven periodista idealista convencido de que puede rescatar el periódico y devolverle el sentido de misión a su oficio. Un héroe romántico en tiempos de SEO.

Domhnall Gleeson en 'The Paper' Skyshowtime

Desde el primer episodio, 'The Paper' deja claro que quiere recuperar la esencia del universo Daniels: humor incómodo, ternura por los perdedores y una precisión para reírse de la mediocridad sin despreciarla. Los personajes son reconocibles, casi arquetípicos, pero es inevitable enternecerse con ellos. El redactor que aún cree que el periodismo cambia el mundo. La reportera veterana que lo ha visto todo y ya solo espera la jubilación. El columnista que confunde la sátira con la autopromoción. Y, para los nostálgicos, hay premio: Oscar Núñez retoma su papel de Oscar Martínez, que ahora trabaja como asesor contable del periódico. Su aparición no solo es un guiño a 'The Office', sino también una especie de conexión que une dos universos. En su primera aparición suelta sin más que «al menos aquí la gente escribe cosas que importan». El oficinista que vendía papel ahora ayuda a salvar un periódico que nadie quiere comprar. Círculo cerrado.

Un nuevo tono

Aunque la serie hereda la estructura documental y el humor de 'The Office', el tono ha cambiado. Aquí la comedia convive con una melancolía más explícita. El periodismo es, de por sí, un oficio dramático: la verdad importa, pero el público ya no escucha. Y Daniels aprovecha esa tensión para hacer que cada risa tenga un poco de tristeza detrás. Si 'The Office' era un retrato de la rutina y la alienación, 'The Paper' es una reflexión sobre la pérdida de relevancia: qué pasa cuando tu trabajo deja de tener sentido, pero tú no sabes hacer otra cosa.

Video.

El humor es menos explosivo y más de fondo. Ya no hay jefes delirantes como Michael Scott; ahora el caos viene de sistemas que no funcionan, algoritmos que deciden titulares y una redacción que intenta entender qué es TikTok. A veces la serie parece más cercana a un documental que a una sitcom, aunque Daniels convierte el ocaso de un oficio en una sucesión de gags tan tristes como brillantes. También hay una diferencia importante en la escala emocional. Si 'The Office' se sostenía sobre el costumbrismo y las relaciones románticas (Jim y Pam eran el corazón del caos), 'The Paper' introduce una épica modesta: la de seguir creyendo en algo que ya nadie defiende.

El periodismo como tragedia y comedia

La trama se desarrolla como una sucesión de intentos de salvar el periódico. Ned Sampson intenta digitalizar el Truth Teller, convencer a inversores, crear contenido viral y, de paso, enseñar a sus compañeros que todavía hay historias que merecen contarse. El resultado es un desfile de situaciones tan absurdas como reconocibles. En un episodio, el equipo cubre una feria agrícola creyendo que es una convención política, y acaban entrevistando a una cabra a la que confunden con la mascota del candidato. En otro, la crisis se apodera de la redacción tras saber que el blog de un adolescente sarcástico tiene más lectores que el periódico. Y en uno de los momentos más delirantes, la redacción descubre que su propia empresa matriz está metida en un escándalo de toallitas 'flushable' que, en realidad, provocan atascos monumentales.

Óscar Núñez vuelve al universo de Greg Daniels en 'The Paper' SkyShowtime

Las risas no vienen del chiste fácil, sino de la constatación de que los personajes viven una tragicomedia real. Daniels hace que la serie funcione como una fábula sobre la fe en los oficios: el periodismo es lo suficientemente serio como para hablar de ética, vocación y verdad… y lo suficientemente cómico como para que todo eso se venga abajo en una reunión de redacción con PowerPoint. El equilibrio entre la risa y la ternura está medido al milímetro: uno puede estar riéndose y, a la vez, sentir que algo muy valioso se está extinguiendo.

De Scranton a Toledo

Hay una línea invisible que une a 'The Office' y 'The Paper': la compasión por la mediocridad. Daniels no se burla de sus personajes, los observa. Entiende que el humor más honesto nace de la gente que intenta hacerlo bien y fracasa. En eso, 'The Paper' es hijo legítimo de 'The Office': el escenario cambia, los trajes cambian, pero el alma es la misma. La cámara sigue siendo testigo de lo humano, de lo torpe, de lo adorablemente patético.

Y aunque 'The Paper' puede que no revolucione la televisión como lo hizo 'The Office', tiene algo que la hace especial: el coraje de mirar un mundo que se apaga sin sentimentalismo ni cinismo. Al igual que el papel, el periodismo puede parecer anticuado, pero sigue siendo un gran material para contar historias. En el fondo, lo que hace es rendir homenaje a una forma de trabajar, de mirar y de creer. Porque si el humor es la mejor manera de hablar de lo que duele, 'The Paper' demuestra que todavía hay mucho de qué reírse antes de que cierren la rotativa.

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