Ocho nuevas series (o temporadas) que ver este otoño

Aunque aquí el crédito ( y el titular ) se lo ha llevado Ridley Scott («Blade Runner», «Alien»), director de sus dos primeros episodios y productor ejecutivo, el creador de esta serie de ciencia ficción de HBO Max es Aaron Guzikowski , guionista de la película de Denis Villeneuve «Prisioneros» que ya lo intentó en televisión hace seis años con el thriller de Sundance «The red road», cuyo principal atractivo era un Jason Momoa post «Juego de tronos».

Aquí Guzikowski cuenta con otro armario, el exvikingo Travis Fimmel, pero sus protagonistas iniciales son dos robots, «Madre» ( Amanda Collin ) y «Padre» ( Abubakar Salim ), cuya misión es criar humanos en un planeta tras la destrucción de la Tierra. El primer episodio, que se toma su tiempo, es para ellos. El segundo ya tira de «flashbacks» para presentar a otra pareja de humanos (Fimmel y Niamh Algar ) que acaba en el mismo planeta tras infiltrarse en el arca que rescató a algunos terrícolas -los privilegiados- y supone una amenaza para los androides por su diferencia de creencias.

Rodada en Sudáfrica, la paleta de colores es oscurísima y hay poco espacio para el humor, excepto los chistes malos de «Padre». Se le ha emparejado con «Battlestar Galactica» por incluir la religión en la ecuación (fanatismo versus ateísmo), pero está por ver si es solo de boquilla o tiene algo interesante que decir más allá del cuerpo a cuerpo. La traducción del título al castellano podría ser considerado un destripe de la trama: criado o criados por lobos.

Los tres primeros episodios de «Raised by wolves» están disponibles bajo demanda en TNT España. Cada jueves (22.10 horas) se estrena uno nuevo. Su primera temporada consta de diez entregas y ya está renovada por una segunda.

Aquí el crédito (y la colleja) se lo lleva Luca Guadagnino («Call me by your name») como cocreador y director de la nueva serie de HBO. Al cineasta italiano no le gustan las series (se quedó en «Twin Peaks»), pero ideó una junto a sus compatriotas Paolo Giordano (autor de la novela adolescente «La soledad de los números primos») y Francesca Manieri ( «El milagro» ). En «We are who we are» (somos quienes somos) hay otro patriotismo, el estadounidense, con la obsesión de la filmografía de Guadagnino: EL deseo.

Aquí, el protagonista es un adolescente ( Jack Dylan Grazer , chavalín de «It») de tímido bigotillo y acné al que no importa el «qué dirán», que se muda a una base militar en Italia por el trabajo de sus madres, interpretadas por Chloë Sevigny (una sargento que no manda en su casa) y la brasileña Alice Braga . Si la primera entrega, que ronda la hora de duración, presenta al chaval y su nuevo hábitat; la segunda es para su vecina y nueva mejor amiga, interpretada por Jordan Kristine Seamón , que se da un aire a Zendaya . No está muy clara la naturaleza de su relación, ni tampoco la identidad u orientación sexual de ambos («Que mi madre sea lesbiana no me hace gay»), pero lo que sí recuerda repetidamente la ficción es su época: 2016 pre-Trump. Hay personajes pro-Trump también.

Cada episodio -titulado con números romanos, vaya- es un vistazo «realista» a la vida de un grupo de chavales que vive en ese trocito de «América» (palabra de un personaje, no servidor); sale la hija veinteañera de Scorsese , Francesca ..., suena la música que sus protagonistas escuchan... y da gusto ver cómo se mueve la cámara.

El primer episodio de «We are who we are» está disponible en HBO España. Cada martes, uno nuevo. La primera temporada consta de ocho partes.

A la creación de Misha Green para HBO, con acta de presencia de J.J. Abrams y Jordan Peele , poca justicia le hace la comparación con su compañera de catálogo, la magnífica «Watchmen» ; ambas pertenecen al género de la fantasía y tienen el racismo en Estados Unidos como columna vertebral, pero «Territorio Lovecraft» parece tomarse menos en serio, como aquella estupenda primera temporada de «Sleepy Hollow» (2013) que emparejó en el presente a una detective negra con un oficial de la Guerra de la Independencia como «cazademonios».

La adaptación de la novela homónima de Matt Ruff , publicada hace cuatro años, es una clara referencia al escritor de terror y ciencia ficción de cuyo racismo se ha debatido largo y tendido. De hecho, al héroe de esta ficción, Atticus ( jé ), le encanta evadirse en sus novelas, a pesar del tratamiento y destino de sus personajes negros.

Su pareja protagonista es él ( Jonathan Majors , otro armario que acaba de fichar por Marvel) y Leti ( Jurnee Smollett ), que saltan de aventura en aventura, sentimental y paranormal, en este Estados Unidos de los años cincuenta en el que las ciudades cierran sus puertas a los negros al caer la tarde y el «libro verde» es su salvavidas. Si hay un precedente de «Territorio Lovecraft» en HBO es «True Blood» (los vampiros eran los nuevos negros) en su espíritu orgullosamente friqui al meter a la coctelera todo tipo de bichos, culos y vísceras.

El quinto episodio, protagonizado por la hermana de Leti ( Wunmi Mosaku ), más negra y más gorda, es su mejor versión hasta el momento al bienenredar género (fantástico, gore) y comentario (social). No todo es blanco o negro, para aquellos que se hayan llevado las manos a la cabeza...

Los cinco primeros episodios de «Territorio Lovecraft» están disponibles en HBO España. Cada lunes, uno nuevo. La primera temporada consta de diez entregas.

Con «Skam», en su excelente versión original y su sorprendente adaptación española, es interesante ver cómo la propia serie va madurando, al igual que sus personajes adolescentes, a medida que se suceden las temporadas. Si la primera abordó el acoso escolar a través del personaje de Eva ( Alba Planas ); la tercera reflejó el maltrato psicológico en una pareja a través de Nora ( Nicole Wallace ), quien aparentemente tenía la cabeza más amueblada. Esta cuarta y última, rodada antes y después del confinamiento, está reservada para Amira ( Hajar Brown ) que -se supone- también tiene los pies en la Tierra.

Su conflicto ya se presenta en la primera escena con ese trayecto en bus en el que la estudiante -musulmana practicante- sufre la mirada con cierto desdén por parte de extraños. La división entre sus dos mundos -instituto y religión- marcará el devenir de las siguientes entregas. Uno se acostumbra rápidamente a la «vieja normalidad» de la ficción, ambientada en primavera de 2020 sin coronavirus ni confinamiento. Además, todos los personajes y sus historias están demasiado rodados como para que dicho factor afecte al visionado de una serie también disfrutable para los adultos a pesar de la distancia. En la versión española se le ha dado mayor cancha a los padres de Amira y ya se ha dejado caer un posible triángulo amoroso entre ella, un chaval marroquí y otro español.

A «Skam España» le encanta poner a su protagonista de turno en un brete (lo que piensa versus lo que hace), pero tampoco se ensaña con el personaje y suele haber un final «correcto». No hace falta ver las temporadas anteriores para ver esta.

Los dos primeros episodios de la cuarta temporada de «SKAM España» están disponibles en Movistar Plus. Cada domingo, uno nuevo.

Lo de este proyecto, con hashtag incluído, es difícil de explicar, pero fácil de ver. Lo básico: comedia de diez minutillos sobre una pareja de chicas. Ahí va el enredo: serie derivada del serial «Amar es para siempre» (Antena 3) protagonizada por Amelia ( Carol Rovira ) y Luisita ( Paula Usero ), cuyos personajes de los años setenta saltan al presente sin cana ni arruga mediante. Este segundo volumen, de seis episodios como el primero, ha exprimido su faceta más «meta» con una cariñosa parodia a su serie madre y un homenaje, en blanco y negro, a Madrid y a Woody Allen en la quinta entrega, protagonizada por la hermana de Luisita, María ( Lucía Martín Abello ), que está harta de todo. A sus guionistas les apetecía mostrar cómo se relacionan ellas con sus familiares y amistades.

La primera y segunda temporada de «#Luimelia» están disponibles en Atresplayer Premium. Ya se ha rodado una tercera.

En la eficaz introducción de «Madres», una ficción muy de los años 2000, suena Amaral . Obviamente. Y en cada capítulo, hacia el final, suena una canción mientras se encadenan imágenes de sus sufridas protagonistas. La «nueva» serie de Telecinco ( completa en Amazon desde mayo , pues se rodó en 2019) es muy normalita y éso es una pena por sus estupendas intérpretes; es hasta terapéutico reencontrarse con Aida Folch ( «Sé quién eres» ) y Eva Ugarte tras «Mira lo que has hecho» (Movistar+).... Aquí la segunda repite humor y bata blanca, pero no estado civil, ni maternidad.

En su momento, Mediaset España se echó flores por ser una serie protagonizada y dirigida por mujeres; detrás de las cámaras están, por citar varias, Juana Macías , en su primera serie tras dirigir tres largometrajes (el último, «Bajo el mismo techo» ), o Mar Olid , que ya dirigió tres capítulos de «La otra mirada» (TVE), una serie también protagonizada por mujeres aparentemente normalita, pero un verdadero hallazgo .

En «Madres» no hay trampa ni cartón, pues es exactamente lo vendido: las vidas de varias mujeres cuyos hijos están hospitalizados por un motivo u otro (accidente de tráfico, trastorno de alimentación) y el personal médico. Los múltiples historias son, por el momento, predecibles, pero quizás ahí resida su encanto en una época de tanta incertidumbre. Sus responsables han insistido por activa y por pasiva que se trata de una ficción esperanzadora; nada de ensañamiento. Hay además una trama, aunque muy secundaria, sorprendente por su percha informativa (los vientres de alquiler), pero se echa en falta más escenas juntas de las «madres» Belén Rueda , Carmen Ruiz y Rosario Pardo.

La primera temporada de «Madres» está disponible en Amazon Prime Video España. Telecinco emite un nuevo episodio cada jueves por la noche. Ya se ha rodado una segunda temporada.

El primer episodio de este homenaje, que no panegírico, de Los Javis a Cristina Ortiz «La Veneno» , dejó el listón muy alto en marzo con el «Mississippi» de Pepe Navarro ( Israel Elejalde , mejor… imposible) y una introducción en las sombras de la vedete trans a través de personajes-satélite como si de un mito se tratase. A Javier Calvo (29) y Javier Ambrossi (36) les pirra la televisión de los noventa y los dos mil y, como en «Paquita Salas» , se les da estupendamente recrear dicho universo con multitud de referencias (ay, Rocío Jurado ) sin expulsar al espectador que no la vio. El segundo, ya en junio, tocó otras teclas más familiares, pero con igual resultado.

Hay quienes esperarán a que esté completa la temporada de ocho episodios para así no pagar su plataforma Atresplayer Premium, pero «Veneno» es, junto a «Patria», ideal para generar conversación cada semana. El tercer episodio, que se estrena este domingo 20, es menos contundente que los dos primeros, pero cierra su particular trilogía de presentación: la Cristina joven ( Jedet ), la adulta ( Daniela Santiago ) y la mayor ( Isabel Torres ). Todas, jodidas. Siguen las sorpresas como el mostrar, sin caer en el morbo, los genitales de varios personajes y una juguetona pantalla partida en dos durante el clímax (piensa mal y acertarás).

Pero «Veneno», que muda de piel y créditos en cada entrega, es algo más que un (re)cuento de las luces y sombras de su titular; es también la más positiva historia de Valeria Vegas ( Lola Rodríguez ), la periodista también trans que escribió las memorias de Cristina Ortiz sobre las que está basada la serie. Pero la estrella del show es Paca La Piraña (58) haciendo de Paca La Piraña, descubridora y amiguísima de la vedete. La ficción, muy rumbera y comercial, hará las delicias de los seguidores de actrices de altura como Elvira Mínguez y Lola Dueñas , pero también de los más friquis con cameos de concursantes de «Gran Hermano»; a Los Javis les encanta mezclar churras con merinas.

El tercer episodio de «Veneno» se estrena este domingo en Atresplayer Premium. Cada domingo, uno nuevo. La primera temporada consta de ocho entregas.

Da hasta reparo (¿pudor?) escribir sobre la adaptación, a cargo de Aitor Gabilondo («Madres», «Vivir sin permiso») y HBO Europa, de la novela homónima de Fernando Aramburu sobre el conflicto vasco y protagonizada por dos familias. Tres años han pasado desde que se anunciara cuál sería el buque insignia de la plataforma en España, pero ha acabado llegando después de otros títulos de producción propia de menor calado: «Foodie Love» (un «sí» de la Coixet a pesar del tramo final), «En casa» , «Por H o por B» y «Escenario 0» .

Esta «Patria», tras haber visto sus dos primeros episodios, podría haber encajado perfectamente con Telecinco -que emitirá el primero al producirla mediante Alea Media- o incluso con TVE. Y eso es un elogio (lo siento, Guadagnino). Gabilondo tiene mucha mili y los capítulos, de duración estándar HBO (hora abajo), se entienden por sí solos sin necesidad de «maratonear» la temporada entera para llegar al «quid». No es una película de ocho horas.

Para servidor, que no ha leído el libro, sorprenden dos cosas: la suavidad y elegancia de los saltos temporales, que también se traslada a los créditos y a la banda sonora, a cargo de Fernando Velázquez ; y, por supuesto, sus dos mujeronas, Bittori ( Elena Irureta ) y Miren ( Ane Gabarain ). El nudo en la garganta nunca se quita, pero el carácter y la actitud de sus protagonistas (la vida sigue...) deja algún que otro «puntazo» que provoca la carcajada. Se echa en falta que sus personajes hablen más en euskera ( tampoco sería la primera serie española bilingüe ), pero es entendible que se priorice el castellano para así captar al mayor número posible de espectadores.

Los dos primeros episodios de «Patria» se estrenan en HBO España el próximo domingo 27 de septiembre. Cada domingo, uno nuevo. La primera temporada consta de ocho entregas.