«Hollywood» y «Upload», puro entretenimiento para pasar el encierro

Es el homenaje de un discípulo, Judd Apatow, a su maestro, Garry Shandling, un cómico pionero y distinto. Persona de gran inteligencia, guionista antes que cómico, reunió el valor para subir al escenario tras un accidente en el que tuvo una experiencia trascendente. En sus diarios fue depurando su humor, con una intransigente fidelidad a sí mismo. El documental, en dos partes, cuenta con testimonios de Jim Carrey y Seinfeld y no oculta un hermoso tono elegíaco. En HBO bajo demanda.

«Supersalidos», una de las mejores comedias de lo que llevamos de siglo, es ya un clásico. Supuso una renovación e impulso para las comedias de instituto y los «bromance» por la (a su modo) sentida relación de amistad entre Michael Cera y el sublime Jonah Hill. Estaría bien la película sólo con eso, pero es que entre ellos surge además el inigualable y magnético McLovin. Un referente. Un modelo. En Netflix, bajo demanda.

«Hollywood» arranca con escenas ágiles que descargan al espectador de algunas responsabilidades. Es como comer pipas. En el primer episodio pasa un rato hasta que se percata uno de que esa historia es la de Scotty Bowers, el gigoló de las estrellas. Aparece un Cole Porter, un Rock Hudson… ¿Cómo no disfrutarla? «Hollywood» nace donde decaía «Feud». Tiene el ritmo de un musical, energía, un swing sostenido. En ocasiones sólo les falta ponerse a cantar. Siendo una obra de Ryan Murphy , acercarse en algún momento a «Glee» ha de ser considerado un acierto. No se le debería pedir mucho más. Es ligera y entretiene. ¡Eso es una proeza! En Netflix, bajo demanda.

No solo más romántica, también mejor. Menos pedante y sombría que «Black Mirror». «Upload» , novedad de Amazon, toca una idea no muy original a estas alturas: al morir, nuestra conciencia será alojada, previo pago, en un sistema informático donde los recuerdos serán meros archivos. El Más Allá es entonces una vida virtual donde sólo es real el propio pensamiento (¿Vivimos ya, como quien dice, un poco muertos?). El personaje protagonista no está del todo solo, puede comunicarse con la encargada del mantenimiento cibernético, a la que llama ángel. Se invierte así la relación: el custodio está en la tierra. Son los que están vivos los que cuidan de los muertos. La serie es tierna, divertida y la cautivadora Andy Allo le da un sutil romanticismo. Muy recomendable. En Amazon. bajo demanda

Como forma de reponerse a nuestras sesiones parlamentarias, sirva este clásico de Otto Preminger . El brillante retrato de una política distinta. No la ficción del Consenso, sino la realidad del enfrentamiento, la lucha, el conflicto. Porque no, la política no es concordia ni abrazo. Hasta los centristas profesionales lo reconocen a medida que su centro, como el suelo tras los pasos de Indiana Jones, se desvanece.

Preminger llevó al cine una novela exitosa sobre la vida política de Washington. Era el «pantano» mucho antes de Trump, el temor al escándalo una década antes del Watergate. «Tempestad sobre Washington» es una de las mejores películas sobre política de la historia y en su reparto, estelar, destaca Charles Laughton haciendo su último papel, el de un malicioso e irónico senador sureño que parece llevar bajo su traje claro una toga romana. En Filmin, bajo demanda