Y es que el chistoso y ocurrente personaje de una de las series más aclamadas y populares de la historia de la televisión, 'Friends', escondía en realidad a un intérprete que estuvo rodeado durante muchos años de problemas con el alcohol y los opiáceos.
Cuando en 2021 se emitió 'Friends: la reunión', los millones de seguidores de la serie vieron a un Matthew Perry extrañamente callado, con una voz extrañamente arrastrada. Aunque se dijo que el actor venía de una sesión en el dentista que todavía le tenía algo afectado, muchos creyeron ver síntomas de sus pasadas adicciones.
No fue porque Matthew Perry tuviera problemas de dinero. Por el mencionado episodio cobró 2,5 millones de dólares, igual que sus otros cinco compañeros. Por cada capítulo de la serie cobró, en las últimas temporadas, un millón de dólares, y tras concluir su emisión recibía aproximadamente 20 millones de dólares al año en concepto de derechos por los beneficios que seguía reportando la sit-com a la cadena Warner Bros.
Sin embargo, como Matthew Perry dijo en la citada entrevista, «cuando estás metido en la enfermedad, no puedes parar». Su autobiografía, contaba en una entrevista, «Es un libro sobre cómo, a medida que aumentaba mi fama, también tenía que luchar contra una adicción horrible. El objetivo es mostrar que la adicción puede afectar a cualquiera, e intentar que la gente se encuentre menos sola. Quería que el público en general vea lo difícil que es dejarlo y que deje de juzgar a los adictos, porque es duro, muy duro».
En su libro, Perry confesó que llegó a tomar 55 pastillas de Vicodin (un analgésico) al día, que combinaba con el alcohol y el Xanax (un medicamento para la ansiedad). Explicó que cuando se levantaba por la mañana su objetivo principal era cómo conseguir esas 55 pastillas. «Cuando eres drogadicto, todo son matemáticas. No lo hacía para sentirme colocado o para sentirme bien. Desde luego, no era un juerguista; sólo quería sentarme en mi sofá, tomarme cinco Vicodin y ver una película. Eso era el paraíso para mí. Ya no lo es».
Y es que, bromeaba Perry en una entrevista, «llevo sobrio desde 2001, a excepción de 60 o 70 recaídas a lo largo de los años». Se gastó, según su propio testimonio, unos siete millones de dólares en tratamientos para dejar de beber. Asistió a unas seis mil reuniones de Alcohólicos Anónimos y estuvo más de quince veces en centros de rehabilitación para curar sus adicciones.
«Durante los años de Friends, pasaba de los 58 a los 102 kilos. Temporada tras temporada, el peso era un buen indicador de mi adicción: si pesaba unos kilos de más, era el alcohol; si estaba delgado, eran las pastillas. Si llevaba perilla, me atiborraba a pastillas».
Matthew Perry estuvo a punto de morir hace unos años. Se lo confesó a Stephen Colbert en una entrevista el pasado año. «Mi corazón estuvo parado durante cinco minutos». Le consiguieron reanimar, pero como consecuencia de los esfuerzos para hacerlo se rompió ocho costillas, lo que le impidió participar en la película 'No mires arriba'.
Ninguno de sus cinco compañeros en la serie ha reaccionado hasta ahora en las redes sociales. Adquieren ahora un significado especial las palabras que pronunció en una de sus últimas entrevistas. «En Friends éramos como pingüinos el uno para el otro y cuando un pingüino está herido, los otros pingüinos lo rodean, lo sostienen y caminan a su lado hasta que el pingüino esté bien y esto es lo que el reparto de 'Friends 'hizo por mí».
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