El secreto del éxito
Dicen que tiene una varita mágica y que todo lo que dirige para televisión se convierte en éxito. Lo segundo es cierto; «Crónicas de un Pueblo», «La Cabina», «Verano Azul», «Este Señor de Negro», «Turno de Oficio», «Farmacia de Guardia»… Cualquiera de estos títulos provoca ... una sonrisa nostálgica.
Pero lo primero no. Creo ser el único privilegiado que ha disfrutado del día a día de Antonio Mercero en sus dos ámbitos naturales: en el trabajo y en su casa…Y nunca le he visto usar una varita mágica.
Recuerdo mis visitas a los rodajes de mi padre, desde muy pequeño, como algo apasionante. Revisando fotografías de esos rodajes me veo en una, con diez años, semioculto tras la cámara, y me pregunto si fue en ese instante cuando él me inculcó su vocación. La mirada de fascinación con la que observo a mi padre concentrado en la toma que va a rodar no me deja dudas: a esa edad yo ya quería hacer lo que él hace.
Años más tarde me dio la oportunidad de enseñarme el oficio. Y entonces empecé a comprender la razón de su éxito. Hacía las puestas en escena como si fueran un juego familiar, dirigía a los actores con el mismo amor con el que «dirigía» a sus hijos en casa, se reía con los técnicos como si estuviera en una celebración entre amigos. Me di cuenta de que no había diferencia entre Mercero director y Mercero padre. Por eso sus trabajos reflejan la vida misma; por eso el espectador se siente identificado con cada escena que él rueda; por eso todo lo que dirige para la televisión se convierte en éxito. No hay ninguna varita mágica; es su enorme corazón, su generosidad y su amor al trabajo. Ésa es su fórmula. Y aunque parezca fácil, nadie ha conseguido imitarla.
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