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Dos de Mayo: tras los pasos del levantamiento contra los franceses por las calles de Madrid

ABC recorre los escenarios en los que el pueblo madrileño plantó cara a los invasores en 1808

Recreación del Dos de Mayo en la plaza que lleva su nombre ABC
Adrián Delgado

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Joaquim Murat no llegó a Madrid a hacer amigos. Era el primer día del mes de mayo de 1808 y la capital, sumida en una profunda incertidumbre política tras el Motín de Aranjuez vivido dos meses antes, recibía al mariscal francés a pedradas ... por sus calles. En menos de 24 horas la ciudad iría calentándose poco a poco, con los rumores y la ira contra el invasor corriendo por las venas del pueblo. El cuñado de Napoleón tenía un objetivo claro: llevar hasta Bayona a los últimos miembros de la Familia Real y lograr su abdicación para que subiera al trono José Bonaparte. Del Palacio Real salieron a primera hora dos carruajes que trasladaban por separado a la hermana de Fernando VII , María Luisa, y al infante Francisco de Paula , el menor de los hijos de Carlos IV. La tensión estalló aquel dos de mayo al grito de «¡Que nos lo llevan!». La voz de alarma la dio un maestro cerrajero a las puertas del Palacio Real, José Blas Molina , y tras ello el tumulto intentó detener con sangre, sudor y lágrimas, pero sin éxito, la traición francesa.

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