La Toma de Macarena Olona

Se volvió hacia allá toda la atención. De repente en Andalucía ya sólo importaba si Macarena Olona iba a ser la candidata de Vox para presidir la Junta. Encima los comicios se convocaban en pleno Corpus. Y aunque realmente Olona de Graná es como aquel tío, que allí tiene poco menos que ná, más morbo le añadió a la cosa.

Al final fue que sí. Claro, pero qué esperaban. El partido de Abascal pone toda la carne en el asador, dijeron los cronistas gastronómicos. Vox se juega el todo por el todo, contaron los ludópatas. Y hablando de azar, o no tanto, quiso la casualidad que el inicio de la nueva singladura de Olona coincidiera con el día en que Pedro Sánchez alias 'se lo puedo decir cinco veces, con Bildu no pactaremos' pasteleaba una vez más con Bildu. Sacó adelante su plan de medidas anticrisis 'por la guerra de Ucrania pío pío que yo no he sío'. Y metió de paso a los herederos de ETA en la comisión de secretos oficiales. Casi nada. Luego nos costará explicarnos qué es lo que está sucediendo con Olona. Y con el resto.

En fin, llegó Macarena y nos prometió «la Toma», en la primera de las declaraciones efectistas que nos esperan de aquí a las elecciones. Ya verán cuando se embuta los volantes. Pero es lo que tiene el fuego de artificio, porque aquí tomar San Telmo ya se hizo hace algo más de tres años. Nada menos que después de 37 de poder omnímodo de los de siempre, alcalde, no nos toque tal, alguno ya me entenderá.

Desde entonces las cosas no se deben de haber hecho mal. Olona se lleva ahora los focos pero Juanma no para de placearse rodeado de aplausos, encumbrado en las encuestas. Hasta el punto de que el otrora todopoderoso PSOE ya da por perdidas las elecciones. Y por eso sólo los mira y sólo habla de ellos. A Juanma y a Olona. Para lo que han quedado. Que escándalo.