sábado

Hoy empieza la nostalgia

La gente de las Tres Mil merece la atención de las instituciones para reconvertir aquello en lo que fue cuando se creó, una zona en la que la gente sin muchos recursos pudiera vivir estupendamente.

Tomo prestado el título del recuadro que Antonio Burgos escribió un Domingo de Ramos de la niñez. Recogió el maestro en las dos columnas de su partenón ese espíritu que invadía al sevillano cuando el primer día de la Semana Santa empezaba a terminar todo ... cuando nada había empezado. Es el sentido estoico de la vida que aflora más de lo que debiera. Pero esa nostalgia, que es así como una tristeza azucarada, sí que empieza hoy en el Polígono Sur porque es el día en el que se marcha la Esperanza. La Misión que ha llevado a cabo la hermandad en estos barrios trasciende lo puramente cofradiero. Para quienes viven en la zona, creyentes y no, se ha convertido en un fenómeno social que durante 15 días ha puesto al barrio bajo los focos de la actualidad. En estas dos semanas Lipasam ha esmerado el servicio colocando también contenedores nuevos y haciendo lo que casi nunca para que las calles no estuvieran como todos los días llenas de basura. Lo mismo esto es un error y quienes hemos ido deberíamos haber visto la realidad de estos sevillanos que viven con el estigma de la marginalidad. Pero los estigmas la mayoría de las veces son productos más de la fantasía que de la realidad.

A las Tres Mil va la gente joven de los Bermejales a comerse el mejor kebab de Sevilla. Los lotes se venden cuando cierra todo. A los institutos de la zona acude gente de los pisos amarillos que convive con la de Bami, Heliópolis, La Palmera, Manuel Siurot... La mayor presencia de latinoamericanos también está provocando que la piel del barrio cambie. Claro que permanece en zonas concretas, como Las Vegas y algunas calles más, la realidad de las drogas y el delito, pero si hacemos una cirugía fina esa patología social es perfectamente aislable. La gente de las Tres Mil merece la atención de las instituciones para reconvertir aquello en lo que fue cuando se creó, una zona en la que la gente sin muchos recursos pudiera vivir estupendamente. La Esperanza de Triana nos lo ha querido recordar en estas semanas en las que ha sido la nueva vecina del barrio.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Bienal
Dos años por 19,99€
220€ 19,99€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
3 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 3 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios