La revancha en Torre Sevilla
A Antonio Pulido le han puesto la oportunidad en bandeja. De momento le salen las cuentas y no suele equivocarse
La venta de Torre Sevilla se ha puesto más que interesante con la entrada de la Fundación Cajasol como inversor solvente. Su participación en la operación tiene tintes casi literarios. La última revancha tras veinte años de espera. A Antonio Pulido le han servido la ... oportunidad en bandeja. El que fuera su promotor original, la persona que más ha peleado por sacar adelante un proyecto que siempre se antojó extravagante e irrealizable, vendría ahora a gestionarlo cuando ya goza de un éxito indiscutible, con el rascacielos al 95% de ocupación y el centro comercial a más del 70%.
Al presidente de la Fundación le salen las cuestas y, desde luego, no suele equivocarse con sus decisiones. La institución gestiona, además de una amplia obra social con acciones en todas las provincias, un generoso patrimonio inmobiliario que da el suficiente rédito para sostener toda la actividad y pagar las nóminas de la plantilla. En los últimos años Cajasol se ha convertido en el casero de cadenas turísticas y en promotor con proyectos como la reconversión de los antiguos edificios formativos de la entidad en un hotel en el centro de Sevilla. También rehabilitó la casa palacio que la marquesa viuda de Nervión donó a la Cruz Roja en la calle Amor de Dios y la ha convertido en un edificio de apartamentos turísticos que explota Mercer.
Pulido no quiere tocar nada de lo que ya se hace en Torre Sevilla. Sólo asegurarse de que este conjunto, que considera su legado, siga domiciliado en la ciudad y así se lo ha transmitido al Ayuntamiento y a la Junta de Andalucía. Claro que si terminara en manos de un fondo de inversión no terminaría desenroscando la torre y llevándosela a otra parte, pero es una cuestión de defender el orgullo de pertenencia. Un proyecto que tanto costó sacar adelante y que logró vencer el rechazo de muchos políticos, de una parte de la sociedad civil y que es ya un icono del skyline de Sevilla termine en manos extranjeras cuesta digerirlo.
Sin más armas que la mejor oferta posible, Cajasol tiene previsto entrar en esta puja que ya domina la gestora de inversión Argis, controlada por dos ejecutivos de origen argentino y con capital israelí. Todavía hay cabida para nuevos interesados. La Caixa se deja querer en silencio mientras el cuaderno de ventas de su inmueble más singular empieza a pasar de despacho en despacho en una subasta que se adjudicará el mejor postor. No se espera una negociación rápida. Si no, hagan sus apuestas.
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