vivimos como suizos
Una historia
La directora de 'Anatomía de una caída', Justine Triet, ha dicho que si no eres una buena víctima te conviertes en una amenaza para la sociedad. No es una buena víctima la protagonista de su película judicial, que ganó la última Palma de Oro ... en Cannes. Es una escritora alemana acusada de la muerte de su marido, desnucado al caerse desde el desván de su casa en los Alpes franceses. Triet ha descubierto, tócate, que la verdad tiene poco que hacer en una sala de vistas. Que las partes (abogados y fiscales) construyen una historia y en el centro hay una verdad que no tocan. Las víctimas, claro, pueden ser buenas o malas. Y no hace falta llegar a un juicio.
Joan Didion, en su ensayo 'Viajes sentimentales', escribe, a propósito de la corredora violada en Central Park en 1989, que los crímenes sólo son noticia en la medida en que ofrecen, aunque sea de forma errónea, una historia, una lección, una idea trascendental (en ese caso se trataba de la 'diferencia' entre la víctima y los presuntos asaltantes, entre la chica bien y los no descendientes de los peregrinos del Mayflower). También es cierto que los crímenes son noticia y, con la misma facilidad, dejan de serlo. Con las víctimas y sus allegados una suele callarse. Me corto. Es un tabú como cualquier otro. Aunque vea claro que lo socialmente obligatorio se confunde a veces con lo legalmente exigible. Aunque estemos acostumbrados a ello, a que nos lo restrieguen, el sufrimiento no es siempre fuente de autoridad moral ni ser víctima razón para exigir adhesión.
Jennifer Hermoso va a acompañar a Ramón García y Ana Mena (no todo el rato) en la noche de las campanadas en TVE. Anda que así van a ganar a Antena 3 y Cristina Pedroche. A Jennifer Hermoso se la ha presentado como víctima. Luis Rubiales es un baboso y un patán (hasta las inglesas se han quejado), pero Jennifer Hermoso no es una víctima de la que compadecerse. O sí, pero una víctima del griterío político que rodeó lo del beso, la historia de un beso, como el título de la película de Garci. Hay veces en que las víctimas importan un pito.