Vivimos como suizos

Casi gorda

Leer los 'Diarios' de Rosa Chacel es como ver un capítulo de Larry David

No me acuerdo

Lo inofensivo

El asunto intelectual que más me interesa ahora es que Vanessa Redgrave reciba y bendiga a Pamela Anderson. Natasha Richardson, su hija, ya ha apoyado la pareja formada por su excuñado Liam Neeson y Pamela. Este fin de semana, Vanessa Redgrave acudió en Brixton ... con su silla de ruedas, su cacerola y su cucharón a protestar por el hambre en Gaza. Estará un poco impedida a los 88 y tendrá una capacidad pulmonar del 30 por ciento de tanto fumar, pero eso no le impide seguir siendo Vanessa Redgrave. En la salud y en la protesta. Es la misma que en 1978, cuando el Oscar por 'Julia', hizo un discurso pro–palestino y dijo lo de «matones sionistas», momento en que se escuchó un abucheo. Poca novedad.

Tony Richardson, con quien tuvo a sus dos hijas, la dejó por Jeanne Moreau (es como lo de Simone Signoret cuando Montand se fue un rato con Marilyn Monroe, qué vas a hacer). Redgrave no se buscó un feo, sino a Franco Nero (de la mar el mero y del cine, Franco Nero). Es una mujer de fe y a veces va a misa. Me recuerda a lo que contaba Clara Janés, amiga de Rosa Chacel. Que cuando Chacel y Zambrano volvieron a España y se declararon católicas se quedó estupefacta. Venían del franquismo, había que contraprogramar. Tampoco es que Chacel tuviera un espíritu muy cristiano. Lo suyo era odio a primera vista sobre cualquier cosa con un mínimo de mediocridad. Casi todo. También eligió medirse con Joyce, Ortega o Julián Marías, no con mindundis. Leer a Chacel, sobre todo los 'Diarios' (Seix Barral), es como ver un capítulo de Larry David.

De pequeña, la veía en la tele como una señora encantadora. En 'Con las manos en la masa', 'Biblioteca Nacional', 'Mirar un cuadro'. Lo mejor es ella viendo la tele: «Las cosas infantiles en manos de la Rabal, ¡intolerable!, y del viejo marinero que me resulta indecente». Elena Médel nos aclara que se refiere a Chanquete. Pero, espera, que llega 'Aplauso' y el meneo a Camilo Sesto, «… es como una señora guapa que canta y gesticula en primer término penas de amor… como una furcia abandonada… Llega a establecer un parangón, un cóctel, un pisto de oración en el huerto y aullido femenino, porque el tío no es afeminado o no procura parecerlo, es una casi gorda, muriendo de amor». Tampoco le gustaba 'Los gozos y las sombras'. Reconoce no soportar «el espectáculo de la vida» y tiene el deseo de censurar, de tachar las pequeñas imperfecciones, cometiendo imperfecciones más gordas con sus tachaduras.

Veo la vida de Vanessa Redgrave y las de Rosa Chacel o Elena Fortún. La pobre Fortún, de vida infeliz y poca salud, contaba a Inés Field su descubrimiento del Optalidón. Un momento de inadvertida dicha para esa mujer. Rosa Chacel elogia y toma Reactivan. Lo que la España de Franco hizo con estas mujeres tan talentosas como desgraciadas es para no olvidarlo. Pero esto no viene en las leyes de memoria.

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