VIVIMOS COMO SUIZOS

Comuneros

A Padilla, Bravo y Maldonado, la Castilla igualitaria les sonaría a lo mismo que TikTok

El padre de Yolanda Díaz ha contado que en su casa tenían una biblioteca donde había autores gallegos y libros de marxismo. No sé si habría muchos o alguno de historia de España. El domingo, la vicepresidenta y candidata del extraño prestigio estuvo en ... Sant Jordi con su mejor amiga Colau y dijo, como se supone en ese surtidor melifluo de lugares comunes, que los libros y la cultura hacen ser «mucho mejores, hacen crecer, soñar, reír, transformarse».

El ruso Isaak Bábel, purgado por Stalin, reivindicó el derecho a escribir mal en el Primer Congreso de Escritores en 1934: «Todo lo que tenemos nos ha sido dado por el partido y el gobierno; carecemos de un solo derecho, el derecho a escribir mal. Camaradas, no nos engañemos: este es un derecho fundamental, y que nos lo quiten no es poca cosa». También está el derecho a leer mal, muy ejercido. E incluso a no leer, sin que ello te haga peor persona ni menos listo. Dijo Díaz también que es una gran lectora, que iba a comprar varios libros y que regalaría a Colau 'Llegó con tres heridas', de Violeta Gil. Muy bien. Me quedo con las ganas de regalarle alguno sobre los comuneros. No sé, aparte del de referencia, 'Los Comuneros' (La esfera de los libros), de Joseph Pérez, están Ganivet, Maravall y el discurso impreso de Gregorio Marañón. Hasta hay una Baraja Comunera.

Pero igual que María Jesús Montero no debería hablar de lo que no sabe (de la exhumación de José Antonio diciendo cosas distintas de las consignas del Gobierno durante la semana). Y mucho menos vestida de flamenca y con floripondio en el pelo. Digo que igual que Montero la Grande, Díaz tampoco debería meterse en el asunto de los comuneros, por mucho que se quisiera unir a la celebración por la batalla de Villalar y el Día de Castilla y León. Va y escribe en Twitter (pensé que era una cuenta parodia): «Los comuneros soñaron con una Castilla más justa, igualitaria y al servicio de la gente común. Hoy rememoramos su lucha contra las injusticias y a favor de la libertad porque es también la nuestra». Ole, ole y ole. ¡Al servicio de la gente común! Las gentes. Pero si tiene más rigor histórico 'La leona de Castilla', de Juan de Orduña sobre la obra de Francisco Villaespesa. Con la viuda de Padilla, María de Pacheco (Amparo Rivelles, que Aurora Bautista rechazó el papel) combatiendo contra la tiranía de Carlos I. Una Pacheco empoderada (con perdón) y aliada con el duque de Medina Sidonia.

Da un poco de apuro recordar que los comuneros tenían un problema de impuestos, que luchaban por sus privilegios, que querían de reina a Juana y que se respetaran sus costumbres y no viniera Carlos I con moderneces. Y claro que utilizaron a las gentes, no iban a ir los señoritos solos a cuerpo gentil.

En el siglo XVI la Castilla igualitaria les sonaba a Padilla, Bravo y Maldonado a lo mismo que TikTok.