Arma y padrino

La tapadera

¿Ellos solitos? Es inevitable maliciarse si no habrá alguien más detrás

Cuando el hermano de Pedro Sánchez compareció ante la juez de instrucción, preguntado por la Oficina de las Artes Escénicas de la que era jefe, su respuesta fue: «Entiendo que es la oficina que se encarga pues, no sé, de las artes escénicas». Sobre su ... ubicación: «Pues no le sabría decir» (imagina que en su despacho). Incapaz de situar sobre plano su lugar de trabajo es resuelto para casarse con la japonesa en régimen matrimonial sujeto al derecho austríaco, que funcionaría como 'paraíso matrimonial' para millonarios dizque enamorados pero preocupados por un buen blindaje patrimonial. ¿El creador de la Danza de la Chirimoya es experto en derecho de familia internacional pero desconoce en qué consiste su trabajo diario?

A Begoña Gómez le presuponemos el bachillerato porque era el nivel requerido para cursar estudios en el centro privado en el que obtuvo su titulación en marketing (ni oficial ni homologada). Son virales los vídeos en los que, con evidentes carencias en oratoria, habla sobre su cátedra de Transformación Social Competitiva y da consejos a restaurantes para («a ver si me sale ahora») generar educación en comida sana. Incapaz de transmitir una idea con solvencia o estructurar de manera fluida un pensamiento complejo parece, sin embargo, conocedora de los mecanismos necesarios para trazar una estrategia que, con apariencia de legalidad, pusiese su influencia vía 'colecho' al servicio de empresas concretas y conseguir adjudicaciones de contratos o rescates. ¿Apenas dotada para entregar dineritos a meretrices y desconocedora de responsabilidad social corporativa, pero especialista en contratación pública nivel 'memento' de Francis Lefebvre?

A José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García Izaguirre los teníamos colocando a queridas (perdón, sobrinas) y familiares, cobrando mordidas y adjudicando contratos. Incapaces de soportar un registro domiciliario con previo aviso sin tratar de esconder un 'pendrive' en la ropa interior de una prostituta (perdón, amiga), al más puro estilo Torrente, están capacitados, sin embargo, para desplegar virtuosamente una trama vinculada a adjudicaciones públicas, comisiones ilegales, tráfico de influencias, malversación o blanqueo de capitales, entre otras tropelías. ¿Un vigilante de seguridad, un profesor de gimnasia y un empleado de mantenimiento sin formación universitaria desenvolviéndose como si fueran socios por mérito de Mossack & Fonseca?

No parece ninguno de ellos el lápiz más afilado del estuche. Pero ahí estaban, operando (presuntamente) como solventes expertos en complejas disciplinas, funcionando como un sofisticado entramado de enriquecimiento y financiación. ¿Ellos solitos? ¿En serio? Es inevitable maliciarse si no habrá alguien más detrás. Quién es el verdadero cerebro que ha diseñado, desarrollado e implementado tan minucioso plan; ante quien responde o respondía. Señor X debe de haberlo, sin duda. No estamos ante la simple ocurrencia pancista de una tropa de desmañados que bien podría dejarse acompañar, eso sí, por uno de esos abogados (con pistola o sin ella) de una novela de Grisham.