Perdigones de plata
El hachazo de la chufla
Aquí, el talento individual siempre brilló, falló en cambio el espaldarazo de las administraciones
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Apenas crece en nuestro secarral un arbolillo de la ciencia o un arbusto de la tecnología para que nosotros mismos lo guillotinemos con el hachazo de la chufla. Con la perspectiva del tiempo, nos preguntamos el motivo por el cual ni Peral con su submarino ... ni De la Cierva con su autogiro encontraron el apoyo necesario en aquella época. El discurso pesimista que nos traslada hacia el lado cateto que huye del progreso de las máquinas es otra de esas losas que hemos comprado con excesivo frenesí. Aquí, el talento individual siempre brilló, falló en cambio el espaldarazo del público y de las administraciones.
Nuestra industria aeronáutica es más que potable. Incluso, desde la empresa privada, han desarrollado un cohete de nombre bravo, Miura. No se lanzó la nave que podría aparcar Flash Gordon en su garaje por aquello de las rachas de viento, pero eso no impidió que nuestra afición al chiste, al meme, a la burla, al escarnio, actuase para derramar su devastador veneno. Los primeros cohetes de Elon Musk explotaron sin remedio. Los chascos le persiguieron pero perseveró, y hoy, nuestros graciositos habituales, esos maestros del ingenio carajillero, son los primeros en salivar alabando el 'genio' de Musk. Además, el ricachón muestra un comportamiento entre excéntrico e infantil, baila como un pato, suelta chorradas de vez en cuando y gasta el aire de ese esforzado amigacho algo gordinflas que reanima la fiesta de graduación del instituto cuando esta se desliza hacia el muermo, y eso se valora una barbaridad en esta sociedad de exhibición barata. Los mismos que le criticaron cambiaron de chaqueta y ahora admiran su tenacidad. En España resulta tarea harto difícil perseverar porque el primer error puede ser el último. El éxito del prójimo nos fastidia y nunca lo perdonamos, sin embargo el fracaso ajeno nos encanta porque gratifica nuestra mediocridad. A lo mejor, los enganchados al sarcasmo del sector 'destroy' podrían mostrar sus formidables invenciones para que el resto les aplaudamos como merecen.