tiempo recobrado
Pablo Iglesias y la lucha de clases
El comunismo produjo miseria y opresión antes de desaparecer por el sumidero de la historia
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Poner fin a la masacre
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Iniciar sesiónEn un programa de TVE, Pablo Iglesias sostuvo hace meses que la política es una confrontación de intereses y que, por lo tanto, el conflicto es algo innato en la relación entre los hombres. Puso como ejemplo la vivienda, en la que no es ... posible defender a la vez los intereses de los rentistas y de los inquilinos. El líder de Podemos concluyó que, sin conflicto, no se hubieran conseguido avances como el sufragio universal y los derechos de las mujeres.
No es difícil hallar en este discurso resonancias de la teoría de Carlos Marx de la lucha de clases, que, según su pensamiento, era el único medio para que la humanidad progresara hacia un comunismo que sería el paraíso de la igualdad y la justicia.
En la visión dialéctica de la historia de Marx, siguiendo la concepción de Hegel, la tesis es la burguesía que explota a la clase obrera, la antítesis es la fuerza del trabajo y la síntesis sería el resultado de la confrontación entre ambos polos. La política es la toma de partido en ese choque tan inevitable como necesario.
En el marco de la crisis del Estado liberal de los años 20, Carl Schmitt, el ideólogo de la dialéctica entre amigo y enemigo, resolvía esta contradicción con la defensa de una autoridad fuerte que fuera la expresión de la voluntad soberana del pueblo. El líder estaba facultado para ejercer un poder ilimitado.
El punto de encuentro entre las ideas de Marx y de Schmitt es el de una legitimación de un Estado sin límites, ya que uno y otro defendían un concepto de lo político muy similar. El primero veía el Estado como una dictadura del proletariado tras la victoria de la clase obrera. El segundo propugnaba un liderazgo autoritario como expresión de la soberanía frente a la atomización de los partidos de la República de Weimar. Ya se sabe lo que pasó en Alemania cuando las teorías de Schmitt se hicieron realidad.
Iglesias es el líder de la izquierda con más talla intelectual y con un discurso elaborado. Pero sus ideas sobre la lucha de clases y la dialéctica schmittiana entre amigo y enemigo conllevan la creación de un Estado autoritario, concebido sobre relaciones de poder y en el que la libertad quedaría supeditada a una pretendida igualdad.
Nada se construye sin la libertad y la tolerancia porque, como demuestra la caída de la URSS, el sueño de la razón produce monstruos. El comunismo produjo miseria y opresión antes de desaparecer por el sumidero de la historia.
No niego que existan intereses contrapuestos en la política, pero ese conflicto sólo puede ser resuelto por cauces democráticos y por el respeto a las reglas de la ética que dictan que no todo vale para destruir al enemigo. Y menos airear su intimidad. Lo que defiende Iglesias implica la vuelta a un pasado sombrío, a un fracaso que provocó desolación y sufrimiento.
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