tiempo recobrado

Lo que se juega mañana

Lo que se juega mañana es la alternancia en el Gobierno y eso ya es lo suficientemente importante para no incurrir en hipérboles

'Hybris' (17/7/2023)

La memoria recuperada (14/7/2023)

Ya lo decía Guy Debord: la verdad se ha convertido en un momento de lo falso. No sólo lo falso parece más verosímil que la verdad, sino que es imposible discernir entre lo que es cierto y lo que no lo es. Hemos asistido en esta campaña a una banalización de la verdad ... . El uso de datos tergiversados, de interpretaciones sesgadas, de rumores e insinuaciones y de medias verdades han sido frecuentes en los discursos de los candidatos de todos los partidos. La renuncia a los principios se ha presentado como un cambio de opinión, la descalificación del contrario como un recurso para exhibir superioridad moral, los errores como una demostración de mala fe. Pero siempre el malo, el infierno que diría Sartre, era el otro.

No he visto a ningún dirigente hacer la menor autocrítica ni pedir perdón por haber dicho cosas que no eran ciertas. Y, sin embargo, algunas de las afirmaciones de los debates de Atresmedia y TVE eran falsedades. No digo mentiras porque eso presupone la intención de engañar y yo no puedo saber lo que pasa por la cabeza de cada político.

El PSOE ha promovido una campaña de demonización de Feijóo, que antes encarnaba la moderación y el sentido de Estado. Se le pide que explique ahora una foto tomada hace 30 años. ¿Por qué han esperado hasta hoy para exigirle aclaraciones? Y Sánchez ha recurrido a la demagogia de achacar una conspiración a los medios.

En sentido contrario, el PP ha cometido el error de sembrar dudas sobre el proceso electoral, de cuestionar la legitimidad del presidente y de invalidar todo su legado bajo esa idea de derogar el sanchismo, lo cual no es posible ni conveniente. Dicho con otras palabras, ha habido muy pocas propuestas en esta campaña y sí muchas apelaciones a lo emotivo y los sentimientos. El PSOE ha incidido en que, si gobierna Feijóo, todo irá mal en este país, otro estereotipo que no resiste el menor análisis racional, al igual que pensar que la continuidad de Sánchez es una amenaza para la unidad de España.

Lo que se juega mañana es la alternancia en el Gobierno y eso ya es lo suficientemente importante para no incurrir en hipérboles y en un catastrofismo surrealista. Gane quien gane, España seguirá siendo un buen país para vivir. Me preocupa que ningún partido haya dicho ni una sola palabra sobre la regeneración democrática, esa eterna asignatura pendiente. Y que el vencedor aproveche el poder para colocar a sus fieles y colonizar las instituciones, sea la televisión pública o los organismos reguladores. Que cada uno vote libremente y sin miedo y que sea lo que quieran los ciudadanos. Eso ya es un triunfo y algo que debemos valorar. Veremos si el que gana es generoso con los derrotados y el que pierde acepta los resultados. Dudo mucho que así sea y eso sí que sería muy peligroso para la convivencia.

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