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La tercera

'Fastidium'

En la aceptación del asco que a las mayorías nos generan ciertas minorías necesitamos un acuerdo para ir tirando de manera pacífica y tolerable

Sobre la inmoralidad del capitalismo (6/8/2023)

Indistinción sin transgresión (5/8/2023)

Casrbajo & Rojo

Pedro Fraile Balbín

Los últimos años han visto crecer la presencia de lo emocional en la vida pública. Nunca habíamos estado tan expuestos al despliegue público del miedo, la culpa, la vergüenza, el amor o la tristeza. En lo que se ha denominado la era de las emociones ... podemos ver a gente conocida manifestando su llanto, sus tristezas o sus miedos. Pero lo más curioso es que en este nuevo entorno de sinceridad de lo emocional hay una emoción ausente, una emoción de la que, a pesar de estar muy presente, raramente se habla, y no es otra que el asco, el rechazo físico a cosas y personas. La repugnancia física puede ser un mecanismo instintivo de defensa parecido al miedo que nos alerta contra lo que consideramos disfuncional, peligroso o antihigiénico. Es posible también que el rechazo no vaya contra el fenómeno en sí mismo, que por ser natural –piénsese en los hechos biológicos básicos– ha de ser aceptado, sino contra su manifestación sin el carácter mágico que le asigna la cultura –como el caso de la reproducción de la especie– o contra el peligro de amenaza para el grupo. No hay duda sobre los condicionantes culturales del rechazo físico, pero éste sigue siendo un instinto primario que «no hace sino revelar el hecho de que la vida emocional de la gente civilizada está todavía fundamentalmente determinada por significados muy primitivos y arcaicos que en general no son conscientes pero son fuertemente determinantes del comportamiento» (Andras Argyal, 'Disgust and Related Aversions').

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