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La palabra del Papa

El Papa dejó constancia de su doble condición de pastor de la Iglesia universal y de intelectual riguroso

Benedicto XVI dedicó ayer una parte sustancial de su alocución a los peregrinos reunidos en Roma a reclamar una «solidaridad efectiva» para Haití y para otros lugares que sufren las consecuencias de tragedias naturales, agravadas por la pobreza. También destacó el Pontífice la necesidad de ... una paz justa en los muchos conflictos que afligen al mundo, algunos de largo alcance, como es el caso de Israel y los palestinos, y otros tan recientes como la disputa entre Costa Rica y Nicaragua. El Papa exigió con toda justicia una plena libertad para los cristianos que sufren intolerables persecuciones religiosas en China, en Oriente Medio y en otras zonas. Cabe añadir que estas minorías cristianas son víctimas con frecuencia de la debilidad de Occidente a la hora de recordar la violación de los derechos humanos en países de alto potencial económico o de fuerte influencia islámica. Siempre cercano a los grandes problemas, el Papa dejó constancia una vez más de su doble e inescindible condición de pastor de la Iglesia universal y de intelectual riguroso.

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