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el retranqueo

Miércoles Santo

La chicotá perdura siempre, sostenida en el sentimiento contradictorio de un miércoles que es un lapso roto entre el ayer y el mañana

¡Eh, el despertador! (28/3/2023)

Bofetadas (21/3/23)

Manuel Marín

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Los aires de Miércoles Santo, la textura cofrade de esas noches de azahar dulce y levantás a hierro, evocan una extraña sensación de ecuador pasional con el que todo empieza a agotarse en racheos bajo la luna del Parasceve. Para el rancio de profesión, todo ... se había agotado antes, pero es el Miércoles quien te regala esa sensación de intermedio en los parones que funde la satisfacción de lo que resta con la tristeza de lo que se fue. Un Miércoles Santo es como la vida, un trasiego en el tiempo, una estación de penitencia cuyo nazareno mira hacia adelante con la misma sensación agridulce que le hace evocar el ayer. En su retina quedan cincelados el recuerdo y la esperanza de que esa luna plena permanezca flotando sobre las bambalinas de cualquier palio sin un mañana de golondrinas que rompa el sonido de la eternidad. Sin que nunca se canse de revirar… y que la vida espere un poco para atosigarte otra vez con sus rutinas, sus penas y frustraciones.

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