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LA TERCERA

Felipe VI, un año después

«Lo que Don Felipe y su entorno han dicho y hecho durante el año siguiente al que cumplió una década al frente de la jefatura del Estado sintoniza a carta cabal con lo del Rey prudente, a lo que sumo ahora el de Rey que sabe estar a la altura de las difíciles circunstancias políticas por las que España atraviesa»

La Tercera de ABC

CARBAJO&ROJO

Luis María Cazorla Prieto

Las obras en casa son una auténtica tortura; casi es un milagro salir indemne de ellas. Las he sufrido estos últimos meses y, como casi nada es totalmente negro ni blanco, sino que suele ser gris, color que el filósofo alemán Peter Sloterdijk en ... un reciente libro considera como el de la contemporaneidad, el ineludible traslado de un lado a otro de libros que forman parte de mi vida me ha brindado la oportunidad de zambullirme de nuevo en algunos leídos hace bastantes años. Entre ellos, el curioso opúsculo de Antonio Muñoz Molina 'Días de diario', publicado en 2007. En él el escritor y académico escribía: «Leyendo los periódicos españoles estos días parece que las obras no cuentan nada ni importan a nadie, que sólo tiene crédito público el griterío y el insulto». Imagínense hasta qué extremo hay que alzar desgarradamente la voz para describir lo que ocurre en la España de 2025, en la que, por desgracia, se multiplica por mucho la situación de la que se quejaba dicho autor. El lamentable debilitamiento de las instituciones del Estado, la repugnante corrupción, las mentiras como regla de oro, los engaños como instrumento político habitual, el enfrentamiento cainita como pauta permanente de la acción política y la generalización del enemigo político irreconciliable mucho más allá del mero rival, todos ellos son los ingredientes con los que los españoles solemos desayunar, comer y cenar jornada tras jornada desde hace bastante tiempo. Este cúmulo de males de la escena pública que van calando en la privada, además de otros que omito por no ahondar más en la herida, nutren una sensación que se enrosca angustiosamente en el cuello: la de que no hay límites jurídicos ni políticos, la de que, cuando llegamos a uno que política e institucionalmente parecía infranqueable, no tarda en ser rebasado, la de que la incertidumbre es casi total y que no se sabe en qué puede desembocar todo si no se pone un punto y aparte y, al menos, el oxígeno de unas elecciones generales acaba vivificando los pulmones políticos de España.

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