PINCHO DE TORTILLA Y CAÑA
Sánchez, contra las cuerdas
La contribución española seguirá siendo la más raquítica de Europa
Más Mazón, menos ejemplaridad
La cancelación ha muerto, ¡viva el exterminio!
Lo que no ha conseguido Feijóo en 20 meses de legislatura (llevar a Sánchez al rincón del cuadrilátero y ponerlo contra las cuerdas), lo ha logrado Trump de un solo guantazo. Fulminado el canciller alemán en las elecciones de febrero, el presidente del Gobierno se ... relamía ante la idea de convertirse en el baluarte socialdemócrata de la UE y, por lo tanto, en el principal antagonista de las nuevas políticas de la Casa Blanca. Pero el abrazo entre Trump y Putin, y la consiguiente traición a la causa de Zelenski –que es la causa de la libertad y de la insumisión a la tiranía– le ha robado ese rol. Ahora, quienes asumen el papel de contrapoderes del traidor americano son Starmer, Macron, Merz y Von der Leyen. Sánchez es una comparsa irrelevante. Aún peor: una comparsa incómoda para la causa de promover, ya sin la ayuda norteamericana, un muro de contención continental a la amenaza rusa. La contribución española, por mucho que el Gobierno adelante un año el compromiso de subir al 2 por ciento del PIB el gasto de defensa, seguirá siendo la más raquítica del club europeo. Dicho de otra manera: España pasará a la historia como el país que menos contribuye al propósito de cortar la dependencia del imperio norteamericano. Sánchez pasa del sueño de capitanear la oposición a la ola ultraderechista impulsada por Washington a convertirse en su oponente más cutre. Sánchez está en una situación muy incómoda. Ya no podrá ejercer el papel internacional con que soñaba y, para colmo, tendrá que defender un incremento del gasto de Defensa que a sus socios les produce náuseas. Por eso está escenificando de una forma tan teatral las reuniones de mañana jueves con los grupos parlamentarios. Excluyendo a Vox y maltratando al PP manda el mensaje a la izquierda de que no se ha pasado al enemigo. Cuanto más proteste Feijóo por el trato recibido, mejor para los intereses de Sánchez. Todo el mundo sabe que el PP está condenado a apoyar al Gobierno porque lo contrario sería traicionar a sus conmilitones europeos, que son los verdaderos impulsores del plan al que se ha sumado el PSOE a regañadientes. El discurso del jefe de la oposición no debería ser el de un quejica que se siente humillado, sino el de un líder ambicioso que recordara que las necesidades específicas de España para aumentar los gastos en seguridad no derivan solo de la situación en Ucrania, sino también del riesgo potencial que supone Marruecos y, dada la penosa situación de las Fuerzas de Seguridad, también el narcotráfico en el sur de la península. La situación de incomodidad de Sánchez, tras el giro de Trump, se completa con otra circunstancia inesperada. Hasta ahora, el Gobierno tenía motivos para negociar con sus socios unos Presupuestos que facilitaran el tránsito de la legislatura. Pero ahora ya sabe que si los presenta deberá incluir partidas destinadas a aumentar el gasto militar y eso le condena irremisiblemente a no contar con los votos necesarios para sacarlos adelante. Pincho de tortilla y caña a que en las casas de apuestas la continuidad de Sánchez hasta el 27 se empieza a pagar cien a uno.
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