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el ángulo oscuro

Toreo, arte analfabeta

Dejemos la «Cultura» para los mequetrefes y cagapoquitos de la izquierda caniche

Queríamos tanto a Paul Auster

Begoñísima puede hacerlo

Juan Manuel de Prada

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El Ministerio de Cultura retira el Premio Nacional de Tauromaquia (las mayúsculas que no falten). Se nos antoja una excelente noticia; pues una «arte puramente analfabeta» –como Bergamín definía el toreo– no merece el baldón de los premios oficiales. El toreo, como el cante ... jondo, es «arte puramente analfabeta» porque nace de abajo y encarna el misterio eternamente fugitivo del arte, ese quid divinum que sopla donde quiere. Pero esta arte que nace de los yacimientos oscuros de la entraña popular es incompatible con la Cultura oficial, concebida como arma de dominio, que propaga los paradigmas ideológicos que interesan al sistema. Para impulsar esta Cultura oficial se crearon los ministerios de la cosa, con sus negociados expendedores de bulas y anatemas, con sus programaciones de pitiminí y sus cánones de obligado cumplimiento, desde donde se apacientan las castas de intelectuales gregarios y artistillas sistémicos. Todo lo que nuestra corrompida época llama «Cultura» es purrela, a veces muy emperifollada, para regodeo de élites, a veces aderezada chabacanamente, para consumo de masas. La primera variante sirve para que una patulea de artistillas esotéricos y polillas del erario público que a nadie interesan viva opíparamente, retozando en el muladar de sus onanismos. La segunda variante sirve para alienar a las masas, brindándoles entretenimientos plebeyos, estereotipados y bajunos.

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