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el ángulo oscuro

Los partidos son sectas (y juntas de ladrones)

Todos los miembros y miembras de los partidos políticos son, a la postre, la higuera seca del Evangelio

Teología socialista

Nada para Nadal

Carbajo&Rojo
Juan Manuel de Prada

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Convertido en una flagrante cleptocracia en fase de metástasis, en el partido de Estado se produce, al fin, una dimisión, tras la publicación en ABC de la impresionante exclusiva de Javier Chicote. Pero, ¡ay!, resulta que el dimisionario –el único político que dimite, con ... la conformidad y aun el apremio indignado de sus correligionarios– es alguien que no delinquió, que no quiso participar de una corruptela. Es como si en un partido de fútbol se tuviese que retirar el único jugador que no comete faltas ni increpa al árbitro; o como si en una editorial se descartasen todas las novelas que no contuviesen anacolutos o faltas de ortografía. Se trata de un completo despropósito, propio de un mundo al revés donde se han invertido todas las categorías morales. ¿Cómo es esto posible?

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