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Objetivo: la Transición
Hay quien quiere una transición de la Transición con los secesionistas por un lado y la extrema izquierda por otro, deseosos de cambiar de régimen
En su propia trampa (1/8/23)
El último giro (por ahora) (29/7/2023)
A mis lectores no les extrañará lo más mínimo que una de las primeras cosas que acordaron PP y Vox al formar gobierno en Aragón es derogar la ley de Memoria Histórica, pues encontró mi rechazo desde el día en que fue aprobada. La ... razón, o razones más bien, son varias, pero la más importante es que se trata de un contrasentido que lleva a graves errores. La memoria es personal, está grabada en nuestro cerebro desde que empezó a funcionar y va enriqueciéndose a lo largo de los años con nuestras vivencias, sensaciones y reflexiones para terminar siendo algo así como la biblioteca de nuestra personalidad. La historia, por el contrario, es general, publica, colectiva, puede ser de un país, de una raza, o de cualquier otro elemento de los muchos que pueblan nuestro mundo y universo. Conviven desde el alba de los tiempos. Lo que no puede hacerse en fundirlas. Unirlas lleva sólo a la confrontación, al choque. ¿Recuerdan aquella película japonesa sobre la violación en grupo de una mujer? Cuando los testigos se ponen a contar lo ocurrido, cada uno da una versión distinta. Pues eso es lo que ocurre con la memoria histórica. Tanto es así que la experiencia ha llevado a la conclusión de que «la historia la escriben los vencedores».
Nuestra última guerra civil, pues hubo unas cuantas antes de ella, la ganó el ejército de Franco, pero fueron muchos los españoles que no se dieron por vencidos, que lo consideraron una pausa, y el poeta León Felipe se lo recordó con el verso «tuya es la hacienda, la casa, el caballo, la pistola. Yo me llevo la canción», aunque había un fondo de verdad en ello, pues en cierto modo el bando republicano ganó la batalla, sobre todo después de la derrota del Eje. Aunque los sueños de que arrastrase a la España franquista no se cumplieron, incluso con un intento de invasión de los exilados en Francia. Las circunstancia eran otras.
Pero el sueño seguía vivo, aunque con el temor de que acabase en otra guerra civill. No fue así, sino justo lo contrario. Treinta años más tarde, muerto Franco, España dio la primera lección de política al mundo al demostrar que se puede pasar de la dictadura a la democracia sin derramamiento de sangre. La Transición le llamaron. Imitada en otros países, Rusia entre ellos, ¿qué fue, si no, la Perestroika de Gorbachov? Aunque ni siquiera llegó a instalarse.
Nuestra Transición ha durando bastante más, pero da muestras de fatiga. Hay quien quiere una transición de la Transición con los secesionistas por un lado y la extrema izquierda por otro, deseosos de cambiar de régimen. El destino ha querido poner al frente del Gobierno a un hombre dispuesto a pactar con ellos ante el auge de la extrema derecha. La derogación de la memoria histórica es una de las primeras cosas que ha pedido. Y una de las pocas en que estoy de acuerdo por las razones expuestas, y por pensar que es el caballo de Troya para trocear España y ver que los enemigos de la Transición suben el precio de sus votos. Nos acercamos peligrosamente al punto sin retorno.
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