lA HUELLA SONORA
Sol y Jerez en Londres
No hay nada similar a uno de esos cafés para sumergirte en el ambiente y observar la decadencia sin formar parte de ella
El lado correcto de la historia
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEn Londres amanece antes de las cinco y la noche muere antes de tiempo, algo que nunca hemos sabido agradecer lo suficiente. Ayer, ese primer rayo de sol me golpeó antes de tiempo en la mejilla derecha, lo que me sirvió para salir del ... hotel en busca de uno de esos cafés literarios que tanto se prodigan por París y por Madrid y que, pese a mi insistencia, en Londres ni existen ni existirán nunca. A pesar de ello, no descarto seguir buscándolo cada vez que la vida me traiga por aquí. No hay nada similar a uno de esos cafés para sumergirte en el ambiente y observar la decadencia sin formar parte de ella. En definitiva, un lugar en el que seguir sin escribir, pero sin perder el tono. Porque Londres no deja espacio para el disfraz colectivo. Nunca hubo una asociación de dandis.
Walter Thornburgh dijo que cada rebanada de pan es la trágica historia de un cereal que pudo haber sido cerveza y no lo fue. Del mismo modo, Londres es la trágica historia de una ciudad que, de haber tenido mar, habría sido convertida por sus habitantes en una vulgaridad extrema, como convierten todo lo que tocan en cuanto les dan una conexión aérea. Aun así, en Londres aún hay mañanas como esta, tranquilas como el domingo de una ciudad costera, con un viento leve y húmedo y un sol que hace todo lo posible por ser español. Entonces, las fachadas de las casas se vuelven blanquísimas y las flores lilas lo toman todo, haciendo de cada rincón una explosión de colores y de vida.
Sé que no es la imagen que se suele tener de Londres, pero esta y no otra es la verdad de esa mañana. La verdad concisa y pertinente. Londres es hoy un remanso de paz, una temperatura agradable al amanecer y al ocaso con picos de calor en el centro, como una campana de Gauss en la cocina de un indio. Los vecinos de Marylebone fueron amables y hospitalarios. Cuando mis ojos se cruzaron con otros ojos, la dueña de la mirada me sonrió. Es cierto que seguía habiendo cuervos, ratas y zorros, pero se escondían para no arruinar la postal idílica. No vi más que belleza en esa mañana en la que me dio por pensar que Londres era femenino; preciosa y no precioso.
Los ingleses no entenderían nada de esto que digo, salvo excepciones están más cerca de Drake que de Lorca
Los ingleses no entenderían nada de esto que digo, salvo excepciones están más cerca de Drake que de Lorca. Pero de Jerez sí que entienden. Vaya si lo hacen. Lo pensaba caminando silbando la de Gerry Rafferty por Baker Street en dirección a Regent's Park, que es una maravilla a esas horas de la mañana. De ahí –a falta de cafés literarios– a Artesian, el bar del Hotel Langham en Regent Street, en el centro de la maravilla victoriana. El problema de Mayfair es que es un decorado perfecto, pero tomado por actores secundarios; a los verdaderos protagonistas no los ves, y los figurantes lo estropean todo.
No saben interpretar el papel que les corresponde, es decir, el del sacrificio al paisaje e interpretar el papel de ingleses, no de siervos de ingleses. El bartender del Artesian dice ser el mejor del mundo y seguramente no le falte razón. Pero yo solo quería 'sherry', un poco de Palo Cortado. No un Dry Martini, no un Negroni, no un Bloody Mary. Yo lo que quería era seguir soñando. Y aquí sigo haciéndolo, como un artesano en el Artesian, oliendo el Puerto de Santa María como un pointer desde un rincón de Mayfair el día que vi claro que los partidos realmente importantes ya los habíamos ganado antes de empezar.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete