la suerte contraria
Reflexiones en torno al PP
Es el PSOE de la 'nomenklatura', un partido pensado sólo para beneficiar a sus cargos
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La querencia del PP por asesinar a sus líderes engarza con la de los visigodos, muy dados a estas dinámicas. Ya sabemos cómo acaba: ocho siglos de musulmanes. Yo me lo pensaría. Aunque, en realidad, nadie serio cuestiona la continuidad de Feijóo. Existe una ... posibilidad de que Sánchez no logre ser investido y otra aún mayor de que, en el caso de hacerlo, sólo pueda gobernar unos meses al tener que consensuar cada ley con Podemos. Nadie desea tanto un fracaso de Yolanda Díaz como Iglesias, que va a trabajar, casi en exclusiva, para hundirla. Y también con Puigdemont, cuyo único fin es que el mundo vea que es capaz de hacer caer, cuando desee, al gobierno de la cuarta economía de la UE, lo que implica negociar su situación con un revólver en la mesa. El gobierno progresista y de ultraderecha nacería, así, moribundo. Y no es descartable que vayamos a elecciones en 2024, coincidiendo con gallegas, vascas y, quizá, catalanas.
Pero es que, además, el resultado del PP ha sido bueno. Solo el éxito del PSC en Barcelona ha impedido que Feijóo sea presidente. Y eso es responsabilidad directa de Vox. El miedo a la ultraderecha no funciona en Andalucía o en Madrid, pero sí en País Vasco o Cataluña, por lo que la posibilidad de un gobierno con los de Abascal llevará al PSOE inexorablemente al triunfo en las generales. Pero ojo: solo en las generales. Los pactos del PSOE con independentistas no les hacen daño allí, pero los llevan al fracaso en el resto de España. Vamos, así, a un nuevo escenario en el que el PSOE tiene el gobierno central de modo endémico, pero el PP lo tiene en las autonomías sin nacionalistas y en los ayuntamientos además de una mayoría absoluta en el Senado. Es decir, la estrategia de Sánchez sirve para asegurar Moncloa, pero conlleva la cesión tácita del resto del poder al PP. Es el PSOE de la 'nomenklatura', un partido pensado sólo para beneficiar a sus cargos.
El PP no está tan mal y no debe verse imbuido de su propia melancolía. Ha de jugar con las cartas que tiene, que no son malas. El PSOE conserva la reina, pero el PP juega con el resto de fichas: autonomías, ayuntamientos, Senado, un poder de bloqueo casi total en el Congreso y, por si fuera poco, una posible victoria en las europeas que devolverá a Vox a la irrelevancia. Si son inteligentes –no tengo muchas esperanzas– jugarán con las cartas que tienen, que son mejores que las de Sánchez, a la espera del inevitable fracaso del gobierno y de que el propio PSOE cuestione el escenario de reparto de poder que Sánchez dibuja. Solo les falta definir, de una vez por todas, su relación con Vox. Y solo se trata de garantizar, de modo drástico, que jamás entrarán en su gobierno ni se firmará con ellos ningún pacto de investidura que cuestione modelo de Estado, lucha contra violencia de género, contra la homofobia, políticas medioambientales, culturales y educativas. Y eso no es comprar el marco mental de la izquierda: es defender el de la derecha convencional. Y, de paso, el de la razón.
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