Puigdemont puede acabar con el PSOE

Cabe recordar que, mientras las calles de Barcelona ardían, el Canal 24 Horas explicaba que lo que perseguían esos democráticos amigos de Ábalos era incendiar una grillera con una patrulla de mossos dentro para quemarlos vivos y que murieran con los cascos unidos a la cabeza, los chalecos antibalas fundidos con la carne y el uniforme con la piel. Eso es lo que están amnistiando en concreto y es lo que defienden en 'prime time'. Eso y más cosas, me permito recordar la lista de delitos que quieren amnistiar: malversación de caudales, desvío de fondos públicos, desobediencia, prevaricación, delitos contra la administración pública, contra la administración de Justicia, contra la Constitución y contra el orden público, entre los que se incluyen delitos de pertenencia a organización terrorista, tenencia de explosivos, delitos de lesiones, amenazas, coacciones, descubrimiento y revelación de secretos, allanamiento de domicilio, daños, falsedades documentales y usurpación de funciones públicas, así como la infracción de la ley orgánica de protección de la seguridad ciudadana. Pura democracia, Ábalos. Ahora piensa un momento lo que dirías si eso mismo lo hubieran hecho neonazis. Y no digas nada.

Por su parte, la señora de Gaztambide no podría ser acusada de nada. Gracias al PSOE, «alzarse pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales» ya no es delito porque lo han suprimido. No tardaremos en arrepentirnos.

Hemos de entender que esto no es una de tantas ni más de lo mismo. España está en el momento más grave de los últimos cincuenta años por culpa de la deriva del PSOE. Sí, en el 81 hubo un golpe de Estado. La diferencia es que, entonces, el PSOE estaba de parte de la democracia. Y ahora no solo está de parte de los golpistas sino que, además, es quien atenta contra la separación de poderes, la independencia judicial y el estado de derecho a través de su ataque a la Constitución y a la convivencia. Lo único que me consuela ya es que Puigdemont, en su delirio, tiene en su mano acabar con el PSOE. Por una vez no tiene que hacer nada malo: solo llevarnos a elecciones –«volem votar»- y cantar en una conga belga eso de «Pedro Navaja, matón de esquina, el que a hierro mata, a hierro termina». ¡Ay Dios!