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LAPISABIÉN

La amnistía que me parió

La suficiencia socialista, el relato de pacificación que sueltan

La del libro...

Tangos y tanguillos

Jesús Nieto Jurado

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A mi hermana y a su mejor amiga no las amnistiaron en el colegio. No malversaron, llevaba mi hermana la depresión de un padre muerto, y la dejaron repitiendo curso con casi un cinco y con las monjas tan suyas, tan incapaces para acompañar en ... un luto digno que no fuera crujir de dientes. Aún tienen y tengo clavados en el recuerdo aquellos pellizcos, falsamente amorosos, que olían a Heno de Pravia y purgatorio. Nadie amnistía en el suelo hispano a los autónomos que no presentan un papel a tiempo, a aquellos que sueltan un piropo y son terroristas en el marco mental eunuco que se nos ha montado. Nadie amnistiará nuestra mirada, sucia: la que ve un maletero prófugo y miedoso, una piara de catetos desorejados, saltando, botando con banderitas esteladas encima de la ley.

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