EN OBSERVACIÓN
Hamás pone fecha y lema a su Congreso Federal
Huelga general y manifestaciones en Gaza contra sus dirigentes
Machismo, 6; Racismo, 0
'Pedro Sánchez', una novela del XIX
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Iniciar sesiónTras la bulliciosa manifestación del pasado domingo contra la gestión bélica y diplomática de Benjamin Netanyahu, la convocatoria de una huelga general en Israel, orquestada por un sindicato mayoritario, la Histadrut, que como en España suele sacar los pies del plato laboral, vino ayer ... a proyectar al mundo libre la imagen de una democracia en la que incluso con seis muertos sobre la mesa, acribillados por Hamás, es capaz de cuestionar a voz en grito la estrategia de su Gobierno y de abogar sin pudor por la cesión al chantaje de una cuadrilla de asesinos. Presos por presupuestos, o rehenes por terroristas. Manifestarse contra el primer ministro israelí o montarle una huelga general es exclusivo, incluso con seis víctimas de cuerpo presente y agujereado, de un sistema de libertades que en lo que entendemos por Occidente ampara la protesta, incluso en las peores circunstancias. Que el candidato a la Casa Blanca por el Partido Republicano sea el autor intelectual de un golpe de Estado dice mucho del imparable proceso de depuración, 'work in progress', de nuestro aquilatado modelo de convivencia. La fiesta de la democracia. Sube la participación a las seis de la tarde.
Mientras se entretiene en los mítines de Massive Attack –la semana pasada en Madrid, Primavera Árabe Sound para una banda que es a Hamás lo que Kortatu fue a ETA, música para camaleones y encapuchados–, nuestro mundo libre y sentimental asiste de lejos a las magnas expresiones democráticas del pueblo palestino, que entre bombardeo y bombardeo no deja de clamar contra el proyecto ideológico de quienes lo gobiernan desde los túneles. Las protestas son multitudinarias, y si los habitantes de Gaza no hacen huelga general es porque el sistema asistencial articulado desde Occidente les ha eximido de la maldición bíblica de trabajar. No solo los indignados salen a las calles y las escombreras por decenas de miles, sino que desde las baronías de Hamás, gente del llano, se oyen voces contra la cúpula de la organización, reestructurada cíclicamente por causas de fuerza de mayor –accidentes laborales en el oficio de terrorista–, pero inamovible en su plan liberador.
—Pues adelantamos a noviembre el Congreso Federal y se acabó lo que se daba. Conmigo no van a poder.
Fue a mediados de octubre de 2021 cuando Hamás celebró su último congreso, convocado bajo el lema de 'Avanzamos', más que indiciario. Para el nuevo cónclave, la organización palestina se ha inspirado en Teresa Ribera –«Gracias, España», repiten por los túneles– para elegir como eslogan refundacional aquel 'Somos perros', de inequívoco carácter democrático, con que la vicepresidenta tercera hizo profesión de fe y docilidad canina en la sede del PSOE.
Mientras las manifestaciones y las huelgas desafían a Benjamin Netanyahu, al otro lado de la valla y de manera simétrica la democracia se fortalece en Palestina a través de las marchas que recorren Gaza en protesta por las políticas de Hamás, y también como consecuencia del mero anuncio de un prometedor congreso federal, tan abierto al debate como un túnel al final del cual se ve la luz.
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