EL CONTRAPUNTO
La verdad según Pedro Sánchez
Toda la trayectoria del líder socialista se sustenta en bulos, engaños, falacias, trolas, enredos y patrañas
Estas 'progresistas' se ríen de nosotras
Mientras tanto, Begoña, David...
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Iniciar sesiónResulta paradójico, o mejor dicho insultante, que Pedro Sánchez se autoproclame paladín de la verdad y lo haga, además, en la misma frase en la que profiere una mentira flagrante: «Toca defender la verdad, mi mujer y mi hermano son inocentes». Respecto de lo segundo, ... tantos indicios apuntan a lo contrario que la Justicia ha determinado sentarlos a ambos en el banquillo tras sendas investigaciones minuciosas, y desde luego el presidente del Gobierno no es quién para dictar sentencia, por mucho que desee absolverlos y eludir así su propia responsabilidad en los graves delitos que se les imputan. En cuanto a lo primero, es tal el cúmulo de embustes en los que ha sido descubierto este político tramposo a lo largo de su carrera, que carece de legitimidad para mencionar siquiera un término sobre cuyo significado no ha dejado de escupir al albur de su conveniencia.
Desde su tesis doctoral plagiada, desenmascarada por ABC, hasta su pretensión de alcanzar un tercer mandato, frontalmente opuesta a la limitación a dos que proponía en 2014, toda la trayectoria del líder socialista se sustenta en bulos, engaños, falacias, trolas, falsedades, enredos, patrañas. La lista es tan larga que supera el espacio disponible en esta columna, pero recordemos los más destacados:
«Con Bildu no vamos a pactar. Si quiere se lo digo veinte veces». Y Otegi se convirtió en el más fiel de sus aliados, tras un acuerdo cuyos términos nunca han sido aclarados del todo, pero que incluía amplios beneficios para los etarras presos.
«No descansará la gobernabilidad de España sobre partidos independentistas». Hoy depende directamente de Bildu, PNV, ERC y Junts.
«Yo me comprometo hoy aquí a traer de vuelta a Puigdemont y que rinda cuentas ante la justicia española». Seis años después, el prófugo sigue en Waterloo, a donde viajan constantemente embajadores sanchistas enviados a rendirle pleitesía además de ofrecerle tributos de sumisión.
«¿Qué sentido tiene que un político indulte a otro? Ninguno. Y yo me avergüenzo de eso». La vergüenza duró lo que tardó en conocerse el veredicto de las urnas, puesto que no dudó en indultar a los golpistas catalanes pagando con ese perdón el precio de su «sí» en la investidura.
«No habrá amnistía porque no entra en la legislación ni en la Constitución española». Pero amnistía hubo, previo «cambio de opinión», con arreglo al refrán que aconseja «hacer de la necesidad virtud».
La verdad, según Pedro Sánchez, es lo que en cada momento le interesa afirmar o negar. Lo que beneficia a su familia y favorece su ambición o sus negocios. La justicia, un ministro que acusa de prevaricar a cualquier juez cuya instrucción incomode al jefe y un fiscal general, «su» fiscal general, procesado en el Tribunal Supremo. Verdad es una palabra hermosa, un concepto noble y luminoso que envilece este embaucador al pronunciarla con su boca de mentiroso desvergonzado.
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