el contrapunto
El aborto como arma arrojadiza
Toda vileza vale contra la rival que más daño les hace, más temor les infunde y más odio les inspira: Isabel Díaz Ayuso
El clan gallego del PP y la sinrazón de Vox
Un escaño para el putero
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Iniciar sesiónNo pensaba yo entrar a este trapo ensangrentado, que el Gobierno agita sin pudor con el afán de tapar sus vergüenzas, pero las cosas han llegado a tal punto que la callada no basta por respuesta. Porque a los 'progresistas' instalados en el poder ... no les parece suficiente mentir en todo y a toda hora, robar a cara descubierta, saquearnos el bolsillo con impuestos confiscatorios, okupar las instituciones o vender nuestra soberanía al mejor postor. No les parece suficiente empobrecer a la ciudadanía, otorgar privilegios sin cuento a sus socios separatistas, blanquear el terrorismo etarra, proteger a sus corruptos blindándolos en el Congreso o justificar la presencia y reparto de fajos de billetes en la sede socialista de la calle Ferraz, cuando fueron ellos quienes prohibieron los pagos superiores a mil euros en efectivo. Su determinación de resistir no tiene límites y están dispuestos a cometer cualquier vileza con tal de erosionar a la rival que más daño les hace, más temor les infunde y más odio les inspira: Isabel Díaz Ayuso, contra la que vale todo, incluyendo ese reducto personal, íntimo y sagrado que es la maternidad.
El jueves, una diputada autonómica de Más Madrid llamada Marta Carmona, a quien pagamos un sueldo espléndido, espetó a la presidenta: «la infertilidad no se resuelve obligando a otras mujeres a ser madres». La puñalada trapera aludía a los dos abortos espontáneos confesados con dolor por la propia Díaz Ayuso, al admitir que «sufrió la pérdida de dos bebés» y conoce por tanto de primera mano «lo que es el drama del aborto». La inmensa mayoría de las mujeres que han pasado por ese trance comparte la emoción de la dirigente popular, porque despedirse de una criatura que ha anidado en tu vientre y has sentido vivir en ti es una experiencia traumática, sea voluntaria o no. Entiendo que más aún si lo has decidido tú. Por mucho que el feminismo oficial intente reducir la liquidación (no interrupción) de un embarazo a un asunto menor, semejante a quitarse un grano, quien ha estado embarazada conoce la profundidad del vínculo que se establece desde el primer momento con la personita que empieza a crecer dentro de ti. Una persona, sí, aunque la doctrina de Bibiana Aído, insigne ministra de Igualdad de Zapatero, pretendiera establecer que un feto de 13 semanas de gestación es «un ser vivo pero no humano» (sic). ¿Un reptil tal vez? ¡Cuánto daño hace la ignorancia aliada al sectarismo!
La hipocresía que rodea este asunto es de tal magnitud que durante catorce semanas abortar es un derecho y a partir de la decimoquinta, un delito. Pero lo peor es la utilización de esta desgracia como arma arrojadiza en la contienda política. Una bajeza que retrata a Carmona y su pandilla 'progresista' como gente despreciable, invalidada para ocupar un cargo público.
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