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una raya en el agua

Una parodia de Tarradellas

Sánchez pretende erigirse en fuente de Derecho retroactivo, dueño del poder demiúrgico de pacificar conflictos y borrar delitos

La legislatura anómica (3/9/23)

La cohabitación de la derecha (2/9/23)

Ignacio Camacho

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Este Gobierno es tan respetuoso con la ley y con las formas democráticas que está dispuesto a amnistiar a Puigdemont como condición previa a cualquier pacto. No porque se trate de una exigencia del prófugo, como argumentan los malpensados, sino porque así quedarán borrados ... todos sus delitos de un plumazo y se convertirá en un ciudadano honorable y un socio libre de reparos. Sin delito no hay delincuente y por tanto Sánchez ni siquiera necesitará perdonarlo, como hizo a posteriori con Junqueras y el resto de líderes separatistas condenados. Fuera remordimientos, pues; la amnistía significará que el golpe catalán no existió a efectos jurídicos. Que fue una ensoñación, como sentenció el Supremo, y en todo caso un movimiento legítimo. El presidente se ha erigido primero en fuente de la Historia, al prolongar legalmente hasta 1983 la vigencia del franquismo, y ahora aspira a serlo también del Derecho con carácter retroactivo. La amnistía consagrará su poder demiúrgico, capaz de declarar extinguida cualquier responsabilidad en virtud de su solo capricho, incluida por cierto la suya propia en la aplicación del Artículo 155. Un truco de ilusionismo legislativo, nada por aquí, nada por allá, y desaparece el conflicto. Ni sedición, ni malversación, ni desobediencia, ni desórdenes; el Gran Pacificador podrá ser investido sin que nadie tenga que traicionarse a sí mismo. Puro espíritu de la Transición: reconciliación, tolerancia y olvido.

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