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una raya en el agua

De genocidios y otros nominalismos

En su empeño de polarizar el drama palestino, el sanchismo ha transformado un debate semántico en un cisma político

Los niños del coro

Orgullo patotero

Ignacio Camacho

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En una nueva demostración de su hegemonía en la creación de marcos de conversación pública, el sanchismo ha conseguido transformar un debate semántico en un cisma político. Como la masacre de Gaza suscitaba en la sociedad española un consenso moral extendido, la factoría de ... polarización de la Moncloa se las ha apañado para encontrar un motivo de discordia, capaz de proporcionarle beneficios propagandísticos. La trampa, bastante elemental, consiste en aferrarse a la palabra 'genocidio' –cuyo uso resulta, por razones obvias, especialmente hiriente aplicado al Estado judío–, mediante una deliberada confusión entre el sentido figurado, que la Academia admite como sinónimo de masacre o aniquilamiento masivo, y el jurídico. Y la derecha ha picado el señuelo, de tal modo que, al eludir el término maldito en el contexto del conflicto palestino, parece haberse convertido, a ojos de significativos sectores de opinión, en blanqueadora de un exterminio. El truco canta de lejos, pero ha servido para meter a la oposición en un lío, porque la mayoría de la población no distingue la sutileza del casuismo ni sabe si la Corte de la Haya se tiene o no que pronunciar sobre la pertinencia del sustantivo. Y la existencia de un informe de la ONU complica aún más el pleito lingüístico. El derecho internacional, con sus complejos tecnicismos, tiene poco que hacer ante la fuerza de convicción de los significantes sencillos.

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