Suscribete a
ABC Premium

una raya en el agua

Los niños del coro

Consignas repetidas letra por letra, frase por frase. Muñecos parlantes como una escolanía de autómatas a imagen de Sánchez

Orgullo patotero

Parecerse a Vox

Ignacio Camacho

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Con esa chispa suya tan intuitiva para acuñar sintagmas de eficaz popularidad satírica, Carlos Herrera bautizó como «Loro Park» al desfile de ministros que cada día se desparraman por toda clase de actos y programas repitiendo las consignas del laboratorio de frases monclovita. Da igual ... el asunto: los presupuestos, la amnistía, el concierto catalán, la Vuelta ciclista, Palestina. La cosa no tendría nada de particular si para divulgar la opinión del Gobierno, lógicamente colegiada, utilizasen fórmulas más o menos distintas, cada uno a su estilo como personas capaces de pensar y sobre todo de expresarse por sí mismas. Pero el designio impuesto desde arriba es que actúen como una escolanía de voces unívocas recitando una partitura recién aprendida, una correa humana de transmisión de doctrina al servicio de su misión propagandística. Y así el teórico equipo de dirección del Estado –hoy no toca hablar de tertulianos y analistas– se convierte, ante la ausencia de gestión que desempeñar, en un coro de muñecos parlantes manejados por telemando para ejecutar un número sincronizado de ventriloquía colectiva. Todo un ejercicio de renuncia devocional a cualquier atisbo de autonomía, con el agravante de que el compromiso de disciplina incluye la obligación estricta de reproducir sin pestañear, al pie de la letra dictada con enunciación precisa, la colección de contradicciones y mentiras que constituye el núcleo del discurso sanchista.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia