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EDITORIAL

Los escombros de un liderazgo

Quien se presentara en las librerías como el gurú de la resiliencia personal se topa ahora con la realidad de que la mayoría de los ciudadanos ve en él a un hombre agotado para seguir siendo presidente del Gobierno de España

Este lunes, encuesta de intención de voto

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En un sistema democrático, los gobernantes se someten al escrutinio continuo de la opinión pública y sus veredictos se basan en criterios heterogéneos, e incluso contradictorios. Así puede suceder que un buen gestor de los asuntos públicos concite la antipatía de la mayor parte de ... la población por problemas de imagen o de comunicación. Y a la inversa: hay malos gobernantes que sobreviven a sus fallos gracias su capacidad para provocar simpatía o para seducir con espejismos. Normalmente, sin embargo, suele ocurrir que las sociedades democráticas, bien informadas y con una cierta capacidad de análisis, señalan con su rechazo racional y emocional a los políticos fracasados. La encuesta de GAD3 para ABC sobre el liderazgo de Pedro Sánchez revela que los españoles han combinado un contundente juicio negativo sobre su gestión política con una percepción igualmente negativa sobre la persona. Esto último se refleja en el dato de que más de la mitad de los encuestados –el 51 por ciento– cree que Sánchez ya no tiene la fortaleza física y psicológica suficiente para seguir gobernando. La evolución de su imagen personal da motivos para este juicio ciudadano, que bien pudiera estar basado en las recientes comparecencias del presidente del Gobierno, en las que ha mostrado un rostro surcado por la presión general de los acontecimientos y la tensión personal causada por los procesos judiciales contra sus familiares más inmediatos. Su abandono de funciones durante los cinco días en los que se retiró a meditar si merecía la pena seguir en su puesto, tras la investigación judicial abierta a su esposa, se ha decantado como un episodio de debilidad personal ante el peso de la responsabilidad, más que como la manifestación victimista de «un hombre profundamente enamorado». Quien se presentara en las librerías como el gurú de la resiliencia personal se topa ahora con la realidad de que la mayoría de los ciudadanos ve en él a un hombre agotado para seguir siendo presidente del Gobierno de España.

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