Compasión

A la espera de la película protagonizada por Helen Mirren, el momento actual en Israel es muy favorable para recordar a Golda Meir. En 1979, días antes de ser elegida primera ministra, preguntaron a Margaret Thatcher si ser mujer podría afectar sus posibilidades de victoria. Dio el nombre de Golda Meir, que había muerto un año antes. La guerra del Yom Kippur le había costado el puesto tres años después del póster. Según una encuesta de 1970, Golda Meir era la mujer más famosa en EE. UU. Ben Gurion decía que en el futuro habría que recordar que fue una mujer judía la que consiguió el dinero que hizo posible el Estado de Israel. Meir hizo un 'tour' en 1948 para recaudar fondos y consiguió 50 millones de dólares. Y allí estaba cuando Ben Gurion leyó la declaración de independencia el 14 de mayo de 1948 en Tel Aviv. Había 25 representantes en el parlamento y una era ella. Lloró cuando puso su nombre en el documento.

Cuando fue ministra de Exteriores convenció a Kennedy de que se asegurara de que EE. UU. e Israel tenían una relación especial, solo comparable a la de EE. UU. y Gran Bretaña. El póster, de una organización feminista americana, le hizo gracia. Aunque cuando Oriana Fallaci le preguntó por el movimiento feminista, ella repreguntó: «¿Se refiere a esas locas que queman sus sujetadores y odian a los hombres?». No tengo muy claro si eso ha cambiado mucho. También dijo: «Una sola cosa espero ver antes de morir, y es que mi pueblo no necesite expresiones de compasión nunca más». Su pueblo no sé, pero el Estado de Israel tiende a no recibirlas. La compasión es para los otros. Tampoco tengo claro que Golda Meir supiera escribir a máquina.