editorial
'Bunquerizar' la Fiesta Nacional
La tribuna oficial de la parada militar vuelve a Neptuno, un lugar que permitirá preservar la figura del presidente del Gobierno del contacto con un público que le ha pitado los últimos años
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Iniciar sesiónTodos los presidentes del Gobierno de la democracia han tenido coyunturas críticas y altibajos en su popularidad, pero el que ha demostrado que la cuestión le preocupa de una manera especial ha sido Pedro Sánchez y su equipo de protocolo de La Moncloa, al extremo ... de que han provocado más de un incidente en su afán de evitar unos abucheos o silbidos del público. Aunque hemos señalado de manera reiterada que la ceremonia de la Fiesta Nacional no es la ocasión para manifestar las discrepancias con el jefe de Gobierno, lo cierto es que desde hace cinco años esta jornada se ha convertido en un día negro para Sánchez. Y el equipo del presidente ha transformado sus apariciones públicas en un juego del gato y el ratón, recurriendo a diversas estrategias. Primero, se suprimió el anuncio por megafonía de la llegada del presidente. Después, en 2021, se hizo coincidir su aparición con la de los Reyes para intentar apagar los silbidos con los vivas a los soberanos, pero la estratagema quedó en evidencia el año pasado cuando Sánchez llegó tarde y obligó al jefe de Estado y a su esposa a esperar dentro de su automóvil y retrasar el comienzo de la ceremonia mientras el resto de autoridades debía aguardar pacientemente.
Este año, el Ministerio de Defensa ha decidido cambiar la ubicación de la tribuna de autoridades de la Fiesta Nacional y llevarla desde la Castellana, muy cerca del Santiago Bernabéu, a la plaza de Neptuno, vecina al edificio del Congreso de los Diputados. Defensa sostiene que el cambio obedece precisamente a las obras de renovación del estadio del Real Madrid y de su entorno, pero el cambio resulta muy favorecedor para Sánchez porque en el nuevo emplazamiento el público tiene que situarse más lejos de la tribuna y eso amortigua los gritos y abucheos.
La parada militar vuelve así al sitio que escogió José Luis Rodríguez Zapatero en 2011 para evitar las protestas que lo perseguían debido a la desacertada gestión de la crisis del euro. La impopularidad del presidente había provocado el año anterior un lamentable episodio en el que los silbidos y gritos coincidieron con el momento más solemne de la ceremonia que es cuando se rinde homenaje a los que han dado su vida por España. Entonces, el Rey Juan Carlos y el entonces Príncipe Felipe lamentaron que los abucheos afearan ese momento ritual.
El retorno de la tribuna de autoridades a Neptuno se producirá en un momento de probable interregno institucional. Al margen de la tensión que se pueda palpar en las calles -como quedó ayer de manifiesto en los abucheos que recibió Sánchez en su visita a la Mercedes-Benz Madrid Fashion Week-, el presidente y su equipo han mostrado una fuerte inclinación por 'bunquerizar' la figura del jefe de Gobierno, preservándolo de todo contacto con el público, al extremo de que su dispositivo de seguridad parece mucho más estricto que el de sus dos últimos antecesores. Cuando Sánchez entra en un salón, lo hace acompañado con seis escoltas y sólo después de que la dependencia ha sido completamente asegurada al menos una hora antes. Así quedó de manifiesto ayer mismo en el acto al que asistió en la sede de la patronal CEOE, el primero que celebra tras recuperarse del Covid que le impidió asistir a la cumbre del G-20 en la India, donde se pudo comprobar que en las dependencias anexas al lugar donde Sánchez intervenía se desalojó a todo el mundo y había hasta una decena de personas relacionadas con su seguridad.
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