SIN PUNTO Y PELOTA
Naturaleza de pantalla
«Nos querrán pobres pero en una naturaleza salvaje»
Unidad de nombramientos (21/6/2023)
Negacionistas lo serán ellos (14/6/2023)
Ley de Restauración de la Naturaleza. Suena estupendo. Porque, así, en abstracto, la Naturaleza nos evoca a esos paisajes preciosos con los que nos saluda el ordenador al encenderlo. La naturaleza de fondo de pantalla del portátil que no es lo mismo que a pie ... de campo productivo. En la comisión de Medio Ambiente de Bruselas no ven tan claras las bondades de la ley: empate de votos a favor y en contra. El borrador de esta norma se ha convertido en una de las luchas más divisivas entre izquierda y derecha europeas y hacen bien los populares en escuchar a los agricultores y ganaderos: el partido del campo dio el campanazo en Holanda, con un resultado electoral inesperado para la prensa urbanita. Cualquiera ve en España que Vox tiene ahí uno de sus principales caladeros, campos de cultivo, votos ordeñados.
Hay paisajes muy alterados por la agricultura, menuda obviedad. Desde hace unos cuantos siglos. Si en Roma hay ánforas con restos de aceite de la Bética será porque Andalucía ya tenía campos de olivos suficientes para exportar. El paisaje del olivar, de hecho, está peleando para ser considerado patrimonio mundial de la Unesco. El cultivo de mangos y de aguacates también ha cambiado el paisaje de la Axarquía, que era antes mucho más de viñedo de moscatel en terreno escarpado. Por no hablar del mar de plásticos de Almería, de una belleza cuestionable sólo si tenemos en cuenta que, hace décadas, ese secarral era una de las tierras más míseras de Europa. A lo mejor es eso, que nos quieren pobres en paisajes salvajes. Los pantanos también han alterado territorios y lo de restaurar ríos es bonito, con sus castores, sus nutrias y las truchas, siempre que no se haga a costa de limitar mucho el consumo de agua. Habrá caminos intermedios.
Necesitamos comer y los humanos hemos convertido ese requisito para la vida en un disfrute cultural como es la gastronomía. Variada, exótica, cañí, con ingredientes de kilómetro cero y otros de tierras remotas. Ya Colón buscaba atajo para ir a por especias. Claro que hemos alterado la naturaleza para conseguir comida y por eso, ahora, alimentamos a cientos de millones más. En Europa, si se aprueba esta ley, podemos estar poniendo en peligro la seguridad alimentaria. Importaremos más de terceros países que, viva la incoherencia, usan fertilizantes y pesticidas que ya hemos prohibido desde Bruselas. Siempre nos quedará la comida ultraprocesada, que nos engordará más y lo solucionaremos con unos pinchazos contra la obesidad de la industria farmacéutica alemana.
Seguiremos comprando móviles chinos que alimentaremos con miles de placas solares que afean en el paisaje, fabricadas en el país de Xi. Con ellos en las manos, nos quejaremos en un vídeo de 'tiktok', chino, del precio de la cesta de la compra, que no bajará, obvio, si reducimos superficie cultivable. Pediremos al súper desde el móvil pero, al final, habrá unos jornaleros, unos agricultores, unos señores que miren al cielo todos los días a ver si llueve. En un paisaje alterado, sí, no como el que nos ponen en el fondo de las pantallas urbanitas.