Cabeza fría
Sánchez, aquel que dijo 'no' a la OTAN
El presidente ha puesto en peligro el estado de bienestar para que nadie diga que aceptó gastar un 5 por ciento en defensa
Viene más muro
Sánchez es el responsable
Aunque mala pagadora, España había logrado ser vista en los últimos años como un aliado fiable dentro de la OTAN. De tener esta consideración depende la influencia diplomática y militar que nuestro país tiene en la Alianza: peso en la toma de decisiones, acceso a ... cargos y puestos de mando, y que los demás miembros compartan información de sus servicios de inteligencia. No hace falta recordar el limbo estructural en el que estuvo España tras entrar en la OTAN después de que Felipe González convocara un referéndum, o el trato que recibió después de que José Luis Rodríguez Zapatero decidiera retirar las tropas de Irak. La bomba soltada por Pedro Sánchez el jueves, a cuatro días de la cumbre, nos hará retroceder a esos tiempo porque ha arrebatado a España el título de aliado fiable.
La carta a Mark Rutte interrumpió las negociaciones para consensuar un aumento del gasto que no fuera excesivamente vinculante en los plazos y que contemplara nuevas categorías de inversión. Ahora España es el socio que se aparta del esfuerzo colectivo y ha caído al grupo de los problemáticos, junto a los griegos y los turcos.
Si el presidente del Gobierno no quería asumir el compromiso de gastar el 5 por ciento del PIB en defensa podía haber comunicado que no estaba a favor pero que no se opondría. De hecho, hubiera sido lo lógico, ya que parece difícil que siga gobernando en 2032... Incluso si se sentía obligado a enviar una carta podía hacerlo sin difundirla. Pero actuó de la forma más antidiplomática posible: exhibiendo públicamente una posición de bloqueo y haciendo saltar por los aires los esfuerzos que la treintena de socios lleva haciendo desde hace meses para dar estabilidad a la Alianza.
Sin embargo, esto es 'peccata minuta' comparado con el riesgo en el que Sánchez ha colocado al estado de bienestar que dice proteger. Facilitar a Estados Unidos una excusa para que se marche de la OTAN pone en peligro no solo a la Alianza sino también a la Unión Europea, cuyo Tratado también recoge que si un miembro es atacado los demás tienen que acudir a defenderlo. ¿Podrían mantener los países europeos este compromiso entre ellos si no existiera la OTAN, sin contar con el respaldo de Estados Unidos? Es probable que Vladímir Putin se haga esta pregunta y tenga sueños húmedos con la respuesta. Otra cuestión: ¿apoyaría Donald Trump a Marruecos si decidiera reclamar a España la soberanía de Canarias, Ceuta o Melilla, o si volviera a utilizar la inmigración irregular como herramienta de ataque? Es probable que Mohamed VI se haga esta pregunta y también tenga sueños húmedos con la respuesta.
Lo peor de todo es que Sánchez no ha actuado por convicción sino por interés personal. Su carta, en clave de campaña, iba más dirigida a sus socios y a la opinión pública que aMark Rutte. Y el objetivo que pretende es que nadie pueda decir que él asumió el compromiso de elevar el gasto en defensa al 5 por ciento del PIB. O al revés: que se diga que Pedro Sánchez dijo 'no' a la OTAN y a Donald Trump. El coste que su maniobra pueda tener para España es lo de menos.
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