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la tercera

Bodas de sangre en Venecia

Tengo la impresión de que en la aceptación de sus determinaciones genéticas y en el afán de perfección de Bezos y Sanchez hay una cierta modestia implícita en reconocerse como esencialmente imperfectos

Periodismo frente a los muros

Azorín en ABC, una 'interviú' artificial

nieto

Alejandro Zaera-Polo

EL pasado 28 de junio Jeff Bezos, el dueño de Amazon y tercer hombre más rico del mundo, se casó con Lauren Sanchez en Venecia (aunque la verdadera ceremonia había ocurrido un mes antes). El coste de las celebraciones se estima alrededor de los ... 50 millones de dólares. Todos los nueve puertos de yates y los cinco mejores hoteles de Venecia fueron reservados para alojar a los cerca de 250 invitados, a un precio de hasta 4.000 dólares por noche. 98 aviones privados (con una huella de carbono de 50.000 toneladas) llegaron a Venecia transportando entre otros a las hermanas Kardashian, Leonardo DiCaprio, Ivanka Trump, Oprah Winfrey, Bill Gates y Elton John. No precisamente los amigos de la familia para una ceremonia íntima, sino una selección de estrellas destinada a dar una campanada de alcance global. Y la han dado. La boda ha despertado una verdadera revuelta urbana similar a las que reciben las reuniones del G-8 o de la OTAN, y un verdadero clamor popular en la prensa contra el burdo despilfarro y el opulento espectáculo. En los tiempos que corren, con una economía mundial renqueante, varias guerras en curso y la amenaza nuclear como fondo, esta boda es un monumental corte de mangas a la corrección política que hay que reivindicar.

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