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lente de aumento

Salvar al líder supremo

La flotilla no alimenta, incendia. Ese es su objetivo: la algarada que ayude a reflotar la izquierda fagocitada por Pedro Sánchez

Una sociedad enferma

Que le den a Eurovisión

Agustín Pery

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Cruzaba un amigo el otro día por el centro de Madrid, ejercicio de alto riesgo cuando se te viene una turba de indignados que exigen la liberación de la flotilla de 'illuminati' que han surcado, por decir algo, el Mediterráneo para ir no al encuentro de las víctimas de la masacre en Gaza sino del ejército israelí ... . Cruzaba, digo, y por un momento se me reconoció en un túnel del tiempo. Un viaje al pasado, sin tenderete en Sol ni sacos de dormir ni tiendas de campaña, pero con toda la parafernalia dialéctica propia de quien vende el asalto a los cielos como atajo para una vida de poltrona. Gaza como coartada: lo de allí se impone como relato para regurgitar un movimiento que duró un tiempo, velocísimo, en el que sus líderes se aburguesaron, progresaron, vaya. Como siguen teniendo la veta comercial y saben que ese –el de la algarabía callejera– es su nicho, andan removiendo las cenizas de su movimiento sobre las ídem de la Franja derruida. Obviamente les salen competidores, que las urnas están a la vuelta del próximo banquillo, y no descartemos que, tras el blindaje del aborto, el Ejecutivo se marque otro 'must' con el que tener militarizada la calle, firme ante la venteada llegada de las botas de media caña, brazo en alto.

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