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Tras las fotos, el vacío

LA reunión que ayer mantuvo Rodríguez Zapatero con sus tres vicepresidentes culminó la semana de intensa actividad fotográfica de los nuevos ministros, pero no dio lugar a una declaración pública sobre el contenido de la reunión o las expectativas reales que considera abiertas tras la ... crisis de gobierno. El empeño de La Moncloa en presentar a los ministros recién llegados con un inigualable espíritu estajanovista -sin vacaciones en Semana Santa, reunión tras reunión- ha caído en la puerilidad y revela que, por ahora, no hay más estrategia novedosa que la de haber silenciado las tímidas voces críticas que podían levantarse desde dentro del Ejecutivo contra un incremento descontrolado del gasto público. El nuevo impulso ha consistido en que los ministros se hagan una foto juntos, pero si realmente estos gestos significan la puesta en marcha de una política con más iniciativas, la pregunta de por qué no se inició antes esta frenética actividad de diálogo interno entre Ministerios señala directamente, y no para bien, a la vicepresidenta primera del Gobierno. Sus competencias como coordinadora de los departamentos ministeriales y responsable de la «cocina» gubernamental la hacían gestora de unas labores de impulso que ahora ha asumido impetuosamente la ministra de Economía, Elena Salgado. Este cambio de táctica demuestra que el Gobierno formado y definido por Rodríguez Zapatero en 2008 ha sido un fracaso en toda regla, tanto en su composición como en su adecuación para la crisis económica.

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