En primera fila
Llorarán por la leche derramada
Las embajadas europeas han dado parte de que Sánchez ha levantado los controles contra la malversación de los fondos europeos
Si algo quedó claro en el acuerdo europeo para los fondos de recuperación, la gran novedad respecto a pactos anteriores, es que la Comisión Europea ya no es soberana sobre las ayudas. El famoso freno de emergencia del que se han escrito ríos de tinta ... permite a un país bloquear la entrega de fondos a otro si considera que no está usando bien el dinero. Ya no tiene por qué haber procesos de infracción para que algún bloque de ayudas no llegue a España. La pericia técnica de Nadia Calviño tampoco servirá para solventar los problemas que puedan surgir. El escenario ha cambiado y solo hay una clave para garantizar el cobro de los sucesivos paquetes: control, control y más control para garantizar que cada euro que se reciba de Europa se gastará exactamente en lo que se prometió.
Pedro Sánchez, sin embargo, se ha dedicado a hacer todo lo contrario. En lugar de preocuparse por establecer un sistema adecuado de gestión para una tarea que ciertamente es muy complicada, ha optado por desarrollar una fórmula de gasto rápido de los fondos en la que los controles brillan por su ausencia. La importancia del informe del Consejo de Estado sobre el decreto de las ayudas radica precisamente en este punto ya que advierte una y otra vez sobre su preocupación porque los controles para evitar la corrupción, la malversación y el mal uso del dinero público han sido aligerados cuando no eliminados. Además, el Gobierno se está saltando a la torera el compromiso de consensuar políticamente el destino de las ayudas, una de las condiciones que los socios incluyeron en el acuerdo de creación de los fondos.
Da la sensación de que estamos ante esa calma que precede a la tempestad. El Ejecutivo está tan tranquilo pero las embajadas de los países más reacios al paquete de fondos no esconden que han dado parte de que en España la supervisión será insuficiente. De momento, nuestros vecinos del norte toman nota. Como aviso a navegantes, la Comisión Europea viene señalando que «sigue con atención» los pasos que estamos dando en lo que respecta a la gestión de las ayudas, lo que en román paladino significa «ojo con lo que estáis haciendo». Y no hay que ser muy listo para darse cuenta de que el nuevo inquilino que llegará a la Cancillería alemana en septiembre, sea quien sea, se estrenará marcando la línea de que el estado miembro que no cumpla lo pactado que se atenga a las consecuencias.
El primer paquete de ayudas llegará sin problemas porque Calviño se está preocupando de redactarlo codo con codo con sus antiguos compañeros de la Comisión. Pero nada está asegurado después. A la primera noticia de un agujero, empezarán a surgir los problemas. Advierte el dicho popular que no sirve llorar sobre la leche derramada. Sánchez aún está a tiempo de dejar de jugar con el cántaro y evitar que se derrame.