Los ascos de Calviño
A la vicepresidenta no le da náuseas que su partido aplique una doble de vara de medir ante algunos abusos sexuales pero le parece de vómito que Casado lo critique
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Iniciar sesiónAnalicemos las palabras textuales que Pablo Casado dirigió el miércoles a Pedro Sánchez y que repugnan a Nadia Calviño. «¿Para qué sirve un Gobierno que deja tirados a los más desfavorecidos? A las niñas tuteladas por el Gobierno socialista de Baleares que fueron prostituidas y ... se niegan a investigarlo. A la menor abusada por el marido de Mónica Oltra, mientras el Gobierno socialista valenciano lo ocultaba. A un niño de una indultada por usted que ocultaba agresiones sexuales. Tanta chorrada de ‘niñes’, de huelga de juguetes y de bollos y dibujos en euskera, pero usted deja desprotegidos a los menores». Casado hizo, por tanto, una recopilación de abusos sexuales sobre los que el PSOE ha intentado echar tierra, seguida de su conclusión personal sobre esos hechos.
Calviño debería aclarar cuál de estos reproches le «asquea», le parece el producto de un cerebro «desequilibrado», o si son todos ellos y por qué. Está sobradamente acreditado que niñas tuteladas por el Gobierno de Baleares fueron prostituidas y mediante una búsqueda rápida en Google cualquiera puede encontrar declaraciones de los socialistas de aquellas islas vetando la creación de una comisión de investigación en el Parlamento. Han sido los tribunales quienes han condenado a cinco años de prisión al exmarido de Mónica Oltra por abusar sexualmente de una menor tutelada y quienes han dictaminado que la Conselleria de Igualdad encabezaba por esta dirigente actuó con «hostilidad y absoluta falta de empatía hacia la víctima». Ha sido, para más inri, la Fiscalía valenciana quien ha denunciado que tardó cuatro meses en recibir la denuncia de la niña agredida por el silencio que impuso el citado departamento de gobierno. Y no es Casado sino el juez Manuel Piñar el que ha considerado que existieron «indicios de abusos sexuales» a uno de los hijos de Juana Rivas y que esta, recién indultada por el Gobierno que vicepreside Calviño, actuó para cerrar la causa.
Quizá lo que asqueó a la socialista fue la conclusión del líder popular respecto a que el Gobierno «deja tirados a los más desfavorecidos» y «desprotegidos a los menores». Curioso sentido de la repugnancia tiene la vicepresidenta. No le provoca náuseas pertenecer a un partido que explota el feminismo como mercancía política y aplica una doble de vara de medir ante según qué abusos sexuales, pero le parece de vómito que el líder de la oposición lo critique en el Congreso.
No obstante, es de justicia reconocer que Pablo Casado exageró en su conclusión. El Ejecutivo socialista no desprotege a todos los niños. Hay muchos que sí logran el amparo del sistema y otros, como los hijos de los amigos de Pedro Sánchez, hasta disfrutan de vacaciones gratis, playa privada y mariscadas múltiples en el palacio de Las Marismillas.
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